Grado de ansiedad que presentan los pacientes que acuden a las clínicas odontológicas Cuautitlán e Iztacala
Anxiety degree presented by patients who attend the Cuautitlán and Iztacala dental clinics
Introducción:
Es bien sabido por todos que desde los tiempos en que los barberos se dedicaban a hacer extracciones dentales, la gente inmediatamente los relacionaba con dolor, ya que debido a las condiciones precarias con las que se realizaban los tratamientos era casi imposible pensar que hubiese algo que calmara el dolor como lo es la anestesia. Desde entonces esas visitas al odontólogo han sido descritas tradicionalmente como eventos desagradables y poco placenteros, idea que prevalece entre muchas personas a través de los años.
Planteamiento del Problema
En la actualidad la Ansiedad se provoca debido a las experiencias traumáticas y a los malos comentarios que los pacientes hacen después de un tratamiento.
¿Cuál es el grado de ansiedad que presentan los pacientes que acuden a las clínicas odontológicas Cuautitlán e Iztacala?
En la actualidad, aún con los adelantos en la terapia odontológica en lo que refiere al logro de tratamientos menos traumáticos y dolorosos, de la reducción de los tiempos quirúrgicos, y al desarrollo de técnicas más conservadoras y menos invasivas; la fobia y el temor a los odontólogos y hacia los tratamientos dentales en general han permanecido sin cambios, ya que al escuchar la palabra dentista muchas personas se llenan de temor y miedo, e inmediatamente lo asocian con el dolor, que es el causante de una de las principales dificultades que frecuentemente se reportan para realizar el tratamiento dental y la rehabilitación oral que provoca el incumplimiento a citas e impiden la intervención del odontólogo, todo esto como resultado de la ansiedad ante los tratamientos dentales, que ocasiona un gran impacto negativo en la salud oral. Incluso hoy en día pareciera que los esfuerzos realizados por los odontólogos para crear un ambiente de tranqui- lidad y confianza en el consultorio dental no tienen efecto en los pacientes.
A pesar de los avances tecnológicos dentro de la odontología, muchos pacientes alrededor del mundo manifiestan ansiedad y miedo relacionado al ambiente odontológico y a tratamientos dentales específicos.
Las Alteraciones Psicológicas y Emocionales
Las alteraciones psicológicas y emocionales, producto del miedo, conllevan a un comportamiento perturbador y obstaculizante durante la consulta, lo que convierte en meta principal el control de la ansiedad antes y durante la atención odontológica.
Tipos de Emociones Derivadas de la Atención Dental
Miedo: (lat. Metu) es la perturbación angustiante del ánimo por un peligro real o imaginario.
Miedo dental: se puede contemplar desde una doble perspectiva, por un lado, como reacción fóbica aprendida y condicionada por una experiencia previa o aprendizaje social (a veces sin haber llegado a pasar por ninguna consulta).1
Ansiedad: (lat. Anxietate) es el estado de inquietud del ánimo. Angustia que acompaña a muchas enfermedades. Reacción emocional, respuesta o patrón de respuesta, rasgo de personalidad, estado, síntoma, síndrome y experiencia interna, reacción a un peligro irreal o imaginario.2
La ansiedad odontológica: se considera como un estado complejo en el que entra una persona al concebir la idea de someterse a un tratamiento odontológico y conduce a la evitación del mismo, motivo por el que presenta una patología oral incontrolable, que lo lleva a un tratamiento largo y doloroso que refuerza y/o produce ansiedad y miedo ante la atención dental que crea un circulo vicioso difícil de manejar.
Fobia: (del gr. Phobeomai, temer) aversión apasionada, temor morboso. Miedo persistente e irracional que resulta en un imperioso deseo de evitar el objeto de terror, actividad o situación.3
Fobia especifica: es un temor intenso y persistente, que es excesivo e irracional, desencadenado por la presencia o anticipación de un objeto o situación específicos. La persona reconoce que este miedo es excesivo e irracional pero no puede controlarlo.
Fobias simples: pueden involucrar aspectos como pérdida de control, pánico y desfallecimiento en presencia del objeto o situación atemorizada.
Fobia al tratamiento odontológico: se define como el miedo excesivo, desproporcionado y persistente, ante la anticipación o la presencia de un instrumento del equipo dental o ante el propio tratamiento dental.
Estrés fisiológico: fue en 1936, que el médico austríaco Hans Selye empleó por primera vez el término stress (tensión en español, integrada al castellano como estrés) para definir reacciones específicas que el organismo presenta cuando sufre estímulos externos, es una respuesta orgánica a un daño tisular real.
Para Paterson y Neufeld, el estrés es un proceso, en el que interviene tres elementos:
• Los estresores: que son eventos que representan retos desafíos paras las personas (huésped)
• Los mediadores psicosociales: son los mecanismos que le permiten a la persona evaluar la naturaleza de la amenazas y la respuesta emocional o conductual que ésta demanda.
• La respuesta: es la reacción emocional de estrés que se desencadena como consecuencia de la exposición a un determinado estresor.
Algunos investigadores clasifican a los estresores en
- Menores: molestias e incomodidades rutinaria.
- Mayores: eventos que impactan o modifican de manera significativa la vida de las personas.
Estrés Psicológico
Según lazarus y Folkman, es una relación particular entre un individuo y el entorno, en la que la persona evalúa al entorno como amenazante o como desbordante de los recursos de enfrentamiento y que pone en peligro su bienestar; o sea, que no se produce es exclusivamente por estímulos externos o por reacciones fisiológicas; por esto se habla ya de un estrés psicológico con un componente cognitivo.
Es una respuesta a una amenaza simbólica e Implica siempre un problema de anticipación del futuro, la gente se estresa por lo que va a pasar, no tanto por lo que está pasando en el momento.4
Fisiolofía del estrés
El estrés abarca un conjunto de reacciones físicas y químicas del organismo cuando se somete al individuo a situaciones que se consideran amenazantes.
Las reacciones que se asocian al estrés se deben a la participación de dos sistemas que se encuentran íntimamente relacionados: el sistema simpático-adrenal y el eje hipotálamo-hipófisis-corteza suprarrenal (HHS). Cuando el cerebro detecta una situación o evento que se reconoce o se valora como amenazante o dañino, esta información se transmite al hipotálamo, en el que se procesan las emociones y algunos de los impulsos básicos, como el metabolismo, el apetito, la sed, el sueño, la temperatura, entre otros.
El hipotálamo dispara una de las primeras respuestas al estrés: la activación del sistema nervioso simpático, que corresponde a la respuesta descrita por Walter Cannon y que se conoce como “pelear o huir” (fight or fligth).
Posteriormente, la activación del sistema nervioso simpático estimula a la médula suprarrenal, que empieza a secretar catecolaminas, la epinefrina y la norepinefrina son las más importantes y son las responsables de varios de los efectos característicos en la respuesta al estrés como la elevación de la tensión arterial, aumento en la frecuencia cardiaca, sudoración y vasoconstricción de los vasos sanguíneos periféricos.
Además de la activación del sistema nervioso simpático, se activa de manera paralela el eje hipotá- lamo-adenohipófisis-corteza suprarrenal (HHS), cuya participación describió Hans Seyle en lo que llamó etapas de alarma, resistencia y agotamiento, y que constituyen su teoría del Síndrome de Adaptación General.5 Estas situaciones son las llamadas estresoras y varían de una persona para otra.
Clasificación de los estresores
Smeltzer y Bare (1996)4 clasifican los estresores en:
• Físicos (frío, calor, agentes químicos).
• Fisiológicos (dolor, fatiga).
• Psicosociales (reacciones emocionales).
Lipp (2001) cree que los estresores tienen origen en dos fuentes:
Externa: es aquella que no proviene del organismo, con la exigencia de algo o alguien.
Interna: está representada por la autodestrucción.
Si después de evaluar la situación, el individuo se considera insuficiente para atender la exigencia de aquella circunstancia, se va a sentir amenazado y desencadenará la reacción de estrés, lo que acontece porque el cerebro está programado para enfrentar a todos los desafíos, e involuntariamente percibe la situación como peligrosa y prepara el cuerpo para luchar o huir.
Reacciones fisiológicas
Se pueden destacar, entre otras:
• Contracción muscular aumentada.
• Aumento de flujo sanguíneo cerebral y en los músculos de actividad motora.
• Sudoración.
• Dilatación de las pupilas.
• Aceleración de la frecuencia cardiaca y respiratoria.
• Actividad mental aumentada.
• Tasa de coagulación sanguínea y presión arterial aumentadas.
Son el resultado de una respuesta del sistema nervioso simpático, con el objetivo de suministrar una activación extra al cuerpo para enfrentar la situación de estrés o librarse de ella.
El dolor en el consultorio dental
Dentro del consultorio dental es importante considerar cuáles procedimientos determinados pueden llegar a producir dolor u otras experiencias desagradables y que se pueden presentar reacciones desmesuradas ante estímulos nocivos de muy baja intensidad.
¿Qué es el dolor?
Es una experiencia que no se puede compartir, es totalmente personal, pertenece sólo al sujeto que la sufre. Constituye una de las principales preocupaciones en la vida del hombre, es el síntoma más común que lleva a un paciente a consultar al médico.
El fenómeno del dolor posee dos componentes:
- Percepción: es el proceso anatomofisiológico a través del que las terminaciones nerviosas receptoras captan un estimulo nocivo y lo transmiten al sistema nervioso central.
- Reacción: es la respuesta del individuo cuando el sistema nervioso central recibe el estimulo nocivo y lo interpreta como dolor.6
Por otra parte hay muchos elementos que pueden afectar el umbral de la reacción al dolor en los pacientes que incluyen la ansiedad, el miedo, las experiencias anteriores y el condicionamiento previo por parte de otras personas.
La fobia ante el tratamiento odontológico se puede definir como el miedo excesivo, desproporcionado y persistente, ante la anticipación o la presencia de un instrumento del equipo dental o ante el propio tratamiento dental. Pueden presentarse síntomas evidentes de ansiedad que podrían ocasionar un ataque de pánico cuando el individuo se expone a los estímulos fóbicos (equipo dental, odontólogo o tratamiento).
Entonces, los pacientes tienen al odontólogo en el concepto de máxima autoridad y como la persona que les puede hacer daño, esta distorsión de la realidad por parte de los pacientes ponen todavía más en aprietos al médico, ya que hay que dar confianza para ayudar al paciente a vencer esa imagen errónea, es por ello que muchos autores mencionan que al establecer una buena relación odontólogo-paciente se lograr bajar el estado de ansiedad
Regla 4S
Es posible apoyarse en esta sencilla regla que apunta a reducir los provocadores del estrés:
- Sentido de la vista (ej. Agujas, fresas).
- Sentido del oído(sonidos como excavación).
- Sensaciones (vibraciones de alta frecuencia- con un alto factor de molestia).
• Sentidodelolfato(oloresclínicos,comoeleugenol y agentes adhesivos.7
Estos factores en la práctica odontológica son relevantes tanto para el odontólogo como para el paciente; si el éste colabora con su comportamiento facilita el tra- bajo del profesional, lo que implica un procedimiento más óptimo y rápido que redunda en menos molestia y dolor, peri y posoperatorio.
La mayoría de los odontólogos, no son conscientes o subestimamos el estrés y la ansiedad que experimentan los pacientes en la sala de espera del consultorio, al momento de sentarse en el sillón dental y durante el procedimiento odontológico.
Esto hace más que necesario que se considere una preparación psicológica adecuada para desaparecer o reducir las manifestaciones de ansiedad previas al tra- tamiento, así como aumentar la confianza y mejorar la relación odontólogo-paciente ya que muchas veces la acciones del médico generan ansiedad, en lo que también contribuirá a que los pacientes cooperen y se responsabilicen de su propia participación en el tratamiento y así posibilite agilizar y hacer menos tortuoso el proceso.
Objetivo
Evaluar los niveles de ansiedad dental e identificar el grado de ansiedad según la escala de Corah en los pacientes que acuden a consulta dental en la CUSI Cuau- titlán e Iztacala. Además determinar la prevalencia de la ansiedad mediante la Escala de ansiedad de Corah, conocer en qué genero prevalece más la ansiedad y si la edad es un factor que determina el grado de ansiedad.
Material y método
El presente estudio es de corte descriptivo, transversal y prospectivo.
Se tomará una muestra aleatoria simple de 100 personas que acudan a consulta odontológica a la CUSI Almaraz y 100 en la CUSI Iztacala.
Se medirá el grado de ansiedad de cada paciente me- diante la aplicación de la encuesta basada en la Escala de Ansiedad de Norman Corah, en donde la escala para poder medir la ansiedad es:
• 9 a 12: ansiedad moderada.
• 13 a 14: ansiedad alta.
• 15 a 20: ansiedad grave.
También se utilizará la encuesta de J.H. Clarke and S. Rustvold (Modificada) para identificar cuáles son los factores que desencadenan, con mayor frecuencia, la ansiedad en los pacientes que acuden a las clínicas odontológicas.
Discusión
La ansiedad dental es un fenómeno complejo multifactorial que ha sido clasificada en quinto lugar dentro de las situaciones comúnmente temidas.8
Dada su alta prevalencia, es de esperarse que los pa- cientes con ansiedad dental eviten las visitas al Odontólogo. Sólo una minoría de los pacientes indica no tener ansiedad relacionada al ambiente del consultorio.
Un estudio llevado a cabo en Holanda reportó que sólo el 14 % de la población holandesa no experimentó aprensión o ansiedad al visitar al dentista, mientras que casi el 40 % experimentó ansiedad “por encima de lo normal” y el 22 % mostraron estar altamente ansiosos. En este estudio, las mujeres entre los 26-35 años con asistencia irregular, fueron los pacientes con más probabilidad de experimentar altos niveles de ansiedad dental.8
En Australia, información publicada desde 1996 reveló que un 14.9 % de adultos podrían ser clasificados “con alta ansiedad dental”. Una vez más, hubo mayor prevalencia y severidad de ansiedad dental en mujeres que en hom- bres, particularmente entre los 35 y 44 años de edad.10
Varios estudios transversales han documentado que la prevalencia de ansiedad dental disminuye con la edad, lo que ha sido confirmado en un estudio longitudinal realizado por Hagglin, donde monitoreó individuos desde 1969 hasta 1996.11
En este estudio se encontró también que con la edad disminuyen de forma similar otras fobias generales y específicas. Actualmente siguen siendo pocos los estudios que no han encontrado una fuerte relación entre ansiedad dental y edad.
Con relación al género, la gran mayoría de los estudios encontraron promedios más altos de prevalencia de ansiedad dental en mujeres que en hombres, al igual que en esta investigación donde un 43% de mujeres que acudieron a la Clínica Odontológica Cuautitlán y un 42 % de la Clínica Odontológica Iztacala muestran un grado de ansiedad alta y grave.
Género y edad parecen ser factores importantes que van unidos a la ansiedad dental, siendo mujeres de 20-50 años un grupo particularmente común dentro de la población dentalmente ansiosa en cuanto a la población femenina se refiere.
Conclusiones
Los pacientes que más acuden a visitar al odontólogo son del género femenino y que los factores como el sonido de la pieza de alta, la inyección de la anestesia, el no sentirse completamente bajo el efecto de la anestesia, el temor a ser heridos, el permanecer un tiempo considerable con la boca abierta, el tratamiento a la extracción dental, el sentir el aire frío en los dientes, son algunos
factores estresantes desencadenantes de la ansiedad y las pacientes del género femenino son las más afectadas, mientras que en los pacientes del género masculino se ven más afectados no tanto como factores productor de ansiedad sino como factores preocupantes y entre éstos se encuentran la preocupación por el costo del tratamiento, preocupación por lo extenso que pueda ser el tratamiento y preocupación por el tiempo que pueda requerir el tratamiento. Mientras que en ambos géneros un factor importante que los afecta por igual es la vergüenza por la condición de su boca.
En cuanto a que si la edad era un factor determinante de ansiedad podemos decir que si, ya que se vio reflejado que en ambos géneros entre los 20 y 50 años de edad presentan mayor ansiedad, tanto moderada, alta y ansiedad grave, esto puede ser causado debido a las malas experiencias que pudieran haber tenido con algún tratamiento dental o debido a los malos comentarios que reciben por parte de otras personas después de terminar un tratamiento, como quien dice conductas aprendidas por otras personas y las adoptan como suyas.
Si bien es verdad que existen múltiples factores que ocasionan ansiedad en los pacientes ante la visita al dentista, también es cierto que una buena relación Odontólogo-paciente puede ayudar aminorar o a intensificar el efecto de los factores.
Por eso se hace necesaria, una preparación psicológica adecuada para desaparecer o reducir las manifestaciones de ansiedad que posibilite agilizar y hacer menos tortuoso el proceso. Dentro de la práctica odontológica estos factores son relevantes tanto para el odontólogo como para al paciente; si el paciente colabora con su comportamiento facilita el trabajo del profesional, lo que implica un procedimiento más óptimo y rápido, que redunda en menos molestia y dolor para el paciente.
Por eso es importante que el Odontólogo intervenga siempre de manera positiva, hacia el paciente, que sea honesto y que siempre explique detalladamente lo que hará en cada sesión, para así ganarse la confianza del paciente y fijarse en conjunto el mismo objetivo, el lograr un tratamiento exitoso.
Guillermo Arturo Cejudo
Lugo José Cano Brown
Eduardo Stein Gemora
(Profesores FES Iztacala UNAM.)
E. Itzel Arreola Esquivel
(Egresada FES Iztacala UNAM.)
Revista Odontología Actual / año 16, núm. 195, Julio de 2019