“Hay más bacterias que células”, dijo en una conferencia el prestigiado endoperiodontólogo Agustín Zerón. ¿Por qué no utilizarlas a favor del organismo?
Sin embargo, la toma de antibióticos, el estrés, la precaria alimentación actual, han reducido el número de estos microorganismos buenos que antes teníamos en cantidades suficientes, de forma natural, y que luchan contra las bacterias patógenas.
Los probióticos son definidos como microorganismos vivos, buenos, los cuales, en cantidades adecuadas, ayudan al desarrollo de algunas funciones del organismo, principalmente gastrointestinales: mejoran padecimientos como la diarrea, las inflamaciones del intestino como colitis, algunos síntomas del síndrome del intestino irritable, etc.
Las presentaciones de los probióticos varían y se presentan desde aquellos que se agregan a los alimentos, a los medicamentos, hasta los preparados específicamente a través de suplementos. Todos – con prescripción médica que indique el tipo según el padecimiento, la duración de la toma etc.- funcionan en el mejoramiento del cuerpo.
Estos probióticos tienen distintos tipos y cepas: Lactobacillus salivarius, Lactobacillus lactis, L. bulgaricus, y muchísimos más.
El desarrollo en el estudio de estos microorganismos, ha llevado al análisis de uno en particular que ayuda al equilibrio de la flora en la cavidad oral permitiendo, entre otras cosas:
1.- Reducción de la inflamación
2.- Mejora de la respuesta inmune y la función de barrera
3.- Inhibición de las bacterias patógenas al producir componentes antimicrobianos; neutralizar los patógenos por degradación de toxinas y reducir el riesgo de infección al adherirse a la mucosa oral y competir con los patógenos*.
Se trata del Lactobacillus reuteri, una cepa considerada “amiga” del organismo, ya que produce ácido láctico con lo que disminuye los ácidos grasos y el ph intestinal. Asimismo, crea reuterina, con lo que inhibe el E. coli y es excelente en el manejo de la diarrea aguda**.
Existen estudios que presentan al Lactobacillus reuteri como un probiótico capaz de evitar el riesgo de padecer gingivits, al reducir notablemente la formación de placa dental. En la Universidad de Malmo, Suecia, Gabriela Sinkiewicz, una reconocida investigadora, descubrió que la administración del Lactobacillus reuteri por dos semanas puede detener la placa y la gingivitis.**
Si bien es necesaria una administración adecuada de los probióticos en la salud oral, estos pueden utilizarse como complemento de un tratamiento dental. No como uniterapia, dado que no se puede depender de una sola cosa. En la mayoría de casos los procedimientos para tratar una gingivitis o periodontitis, etc., incluyen también combinaciones con antibióticos (ante los cuales se debe estudiar el horario de toma, ya que estos pueden limitar los efectos del lactobacilo) y en algunos casos debridamiento (el antibiótico no es capaz de penetrar un biofilm).
En el mercado existen distintas marcas con este probiótico que, seguramente, será aliado de algún tratamiento dental para mejorar la condición de higiene, inflamación, salud, etc., de tu paciente. Sin embargo, el probiótico con más estudios que avalan sus resultados es el fabricado por la empresa suiza BioGaia, lanzado en México como PerioBalance.
Los probióticos orales son aliados en el combate a las bacterias de la cavidad bucal que tanto daño hacen. Con una higiene adecuada, una atención dental correcta y estos “bichos buenos”, los pacientes sentirán una mejoría hasta en aspectos como la halitosis.
Es tiempo de analizar la conveniencia, las dosis y la frecuencia de incluirlos en el plan de tratamiento. ¿No creen?
Fuentes:
*professional.susnstargum.com
**hsnblog/hsnstore.com