Por: Jacqueline Menchaca/blog/newsletter
Si realmente los pacientes entendieran la capacidad destructiva del biofilm dental, harían hasta lo imposible por erradicarlo. Sin embargo, es el enemigo íntimo existente en la cavidad oral más común.
La microbiota, entendida como el conjunto de microorganismos que habitan en distintas partes del organismo y que de manera normal y natural es benéfico para nuestro cuerpo, también forma parte de la cavidad oral.
El biofilm microbiano oral, por su parte, es un conjunto de bacterias con una diversidad de patógenos que se organizan para adherirse al diente, y que son capaces de proliferar, transformarse (disbiosis oral) y así, generar factores de inicio y progresión de muchas enfermedades, de la capacidad invasiva en los tejidos, y de una alta transmisibilidad.
Los factores etiológicos:
La placa bacteriana es el factor determinante en el desarrollo del biofilm, la cual es causante de enfermedades como caries, gingivitis y periodontitis, sin embargo, los factores predisponentes locales como mala posición de los dientes; factores predisponentes sistémicos como cambios hormonales, por ejemplo, y los patológicos, como la diabetes, también son responsables de la creación de placa dentobacteriana, de su difícil eliminación o de las modificaciones en su presentación.
Las bacterias que por si solas no pueden causar daño, al estar en el biofilm se hacen virulentas, encuentran en este, nutrientes para sobrevivir. Como lo explicó el doctor Agustín Zerón, reconocido endoperiodontólogo, en su conferencia sobre Biofilm, cada bacteria tiene como departamentos, es decir, como un condominio; una a una tienen sus nichos y lugares propios donde van a desalojar sus desechos. Poseen un sistema circulatorio muy primitivo y una sociedad cooperativa compleja:
“Este concepto de la capacidad que tienen las bacterias de comunicarse y de transferir sus genes de manera horizontal pueden intercambiarlos entre ellas, a través de las estructuras llamada filis. Y eso existe solamente cuando están organizadas en un biofilm”, comentó.
Las bacterias se instalan peligrosamente
Una endodontitis, por ejemplo, es causada por la proliferación de microorganismos que se meten en el conducto radicular. Se trata de una infeccion de doble vía: por la vía periodontal, a través de la distribución del ligamento periodontal y hueso, y por la vía del conducto radicular, donde empiezan a proliferar y llegan al foramen apical. Las bacterias, entonces, forman una malla estructural, se intercomunican, forman redes y toman el aprendizaje necesario para poder subsitir y permanecer en estos sitios.
La boca, el camino de patologías sistémicas graves
Una cavidad oral con biofilm desatendido, produce bacterias, cada una de las cuales y según sus características específicas, es capaz de provocar enfermedades que van desde aquellas orales hasta las más graves a nivel sistémico.
Una de las bacterias más patógenas se llama Porphyromona gingivalis, produce factores de virulencia que se relacionan con lesiones potenciales de las estructuras vasculares. Este patógeno es capaz de desarrollar lesiones en el corazón o cerebrovasculares. Cuando dicha bacteria se asocia con otra llamada Fusiobacterium nucleatum produce disbiosis y es responsable de cáncer pancreático o colorrectal.
Es así como una periodontitis, en un paciente con poca resistencia genética, puede desarrollar vasculitis, dado que al acumularse las bacterias, estas pueden sobrepasar las bolsas periodontales e introducirse en los vasos sanguíneos. Inicia con inflamación local y luego evoluciona a inflamación sistémica.
¿Qué hacer para detectar, atacar y prevenir el biofilm?
Para el doctor Zerón, la prevención y tratamiento deben sustentarse en observar individualmente los factores de riesgo. Se debe incluir también un enfoque predictivo pues al evaluar los factores de riesgo, es posible prever el impacto que alguna enfermedad periodontal puede causar a corto, mediano y largo plazo.
Enfatizó la triada genómica (huésped, agente y medio ambiente) para la asignación del riesgo, dado que no todas las personas son susceptibles de que una enfermedad dental progrese a patologías más graves, o, en el extremo, hay quienes degeneran rápida y peligrosamente, dadas sus condiciones, por ello cada tratamiento debe ser específico e individualizado.
Observar microscópicamente el biofilm, en verdad da miedo. Es por eso que a través de sustancias reveladoras, tinciones, los dentistas pueden detectar este acúmulo de bacterias tan dañinas e iniciar acciones para disminuirlo o acabar con él.
Además de la prevención, por medio de una educación que motive a niños y adultos a cuidar adecuadamente su boca, y del uso de medicina personalizada según el fenotipo del paciente, el doctor Agustín Zerón recomendó la actividad ultrasónica de los cepillos dentales, dado que al producir oleaje de cavitación, desorganiza al biofilm, y con ello la capacidad virulenta de las bacterias que se encuentran en este, dado que, como se mencionó anteriormente, por sí solas no producen efectos tan destructivos como cuando se encuentran en el biofilm.
Los dentistas tienen en sus manos las herramientas para ayudar a los pacientes a evitar enfermedades graves, simple y sencillamente con tratamientos que eviten la aparición de este “enemigo íntimo” llamado biofilm microbiano dental. Una higiene adecuada, limpiezas dentales profundas, uso de colutorios terapéuticos, etc., son pasos sencillos pero trascendentales.
*Artículo original con base en la conferencia del doctor Agustín Zerón realizada durante el mes de noviembre de 2021 en Expo Amic Dental.