Miedo, estrés y odontofobia

Por: Jacqueline Menchaca/blog/newsletter

Para la mayoría de las personas, una de las tres sensaciones descritas en el título, les sucede al acudir al dentista. 

La odontofobia es ya un grado en el que el paciente puede incluso dejar a medias un tratamiento por postergar citas, cancelarlas, debido al miedo que siente. provocándole sudoraciones, aumento en las palpitaciones, etc.

Cualquier olor o ruido que se relacione con el consultorio dental, les provoca estrés, sudoraciones, aumento en las palpitaciones del corazón, entre otras alteraciones. Y aunque hay grados de severidad, ocurre en un gran porcentaje de la población.

¿Las razones? Pueden ser varias: miedo al dolor; alguna experiencia traumática; comentarios de familiares o amigos sobre algo desagradable que vivió en el consultorio dental; el hecho de sentirse vulnerable por tener que permanecer quieto durante un periodo de tiempo considerable, etc.

Además, a nadie le gusta estar una hora en un sillón, con un dique de goma en la boca. La sensación, dice el doctor Jonathan Mulas, odontólogo egresado de la Universidad Alfonso X, de Madrid, España, con maestría en Nuevas es la misma que se percibe cuando alguien se avienta de un paracaídas: es una falta de control total sobre la situación.

Es, entonces, importante, que el dentista sea consciente de ello y busque la forma de atenuar tales sensaciones. 

¿Qué hacer?

Si bien la responsabilidad no recae en el profesional de la salud, dado que, en muchas ocasiones es el temperamento del paciente el que lo coloca en esa situación de ansiedad, el dentista sí puede ofrecerle, entre otras cosas, lo siguiente:

• Un trato amable y cálido desde el ingreso del paciente al consultorio.
• Una recepción limpia, tranquila, quizá con música ambiental relajante.
• Personal de recepción capacitado para responder algunas dudas que el paciente pueda tener sobre costos, fechas de citas posteriores, además de tenerlo informado sobre el momento en que será atendido; si requiere llenar algún formulario, entre otras cosas.
• Crear confianza en el paciente, a través de resolver cualquier duda que tenga sobre su tratamiento. Escucharlo, mirarlo a los ojos, con toda la atención en él.
• Al realizar el procedimiento, explicarle lo que se le hará. En la experiencia de quien redacta, el hecho de que la dentista comente, por ejemplo: “será rapido, no se preocupe”, “ya vamos a terminar”, “¿todo bien?”, “me levanta la mano si necesita que pare, ¿de acuerdo?”, etc., efectivamente otorga una sensación de tranquilidad. 

Entorno

• Aromaterapia relajante.
• Musicoterapia
• Accesorios especiales. Como las gafas creadas por el doctor Jonathan Mulas (Icnos), de material transparente para seguir siempre en contacto con el dentista durante el procedimiento, mando sensible al tacto, y con proyección de realidad aumentada, así como varias opciones de entretenimiento para que el paciente elija. Estas gafas tienen  plataformas de internet para que el paciente navegue y elija su contenido favorito, además de videojuegos, meditación y aquellos informativos sobre temas básicos de odontología. Todo, con la finalidad de mejorar la experiencia del paciente en el consultorio dental.

La odontología de hoy debe ser, no solo multidisciplinaria sino integral, es decir, pensar la parte humana del paciente, misma en la que se encuentra ese miedo de acudir al dentista. Además, seamos honestos, ¿a quién no le gusta sentirse cómodo, escuchado y bien atendido en todos los ámbitos de la vida? Pues bien, parte de esos ámbitos lo conforma la atención de la salud oral.

Fuentes: