Lo de hoy: alinear dientes sin brackets. Todo mundo lo comenta, sin embargo, ¿por qué muchos pacientes presentan recidiva después de un tratamiento de ortodoncia o resultados poco estables?
¿Podría ser que en ocasiones algunos ortodoncistas se olvidan de estudiar aspectos funcionales básicos y se limitan a corregir los dientes de una forma ortodoxa?
Hoy en día la tecnología odontológica va mucho más allá de solucionar un problema de estética o maloclusión; ahora también se interesa por conocer y resolver la causa o causas de este padecimiento. Se trata de ortodoncia preventiva.
Tanto niños, como adolescentes y adultos pueden presentar una situación dental que requiera tratamiento ortodóncico. Es, entonces, deber del médico realizarles un buen diagnóstico y un tratamiento adecuados y para ello además de la alineación de los dientes, hay que checar aspectos vitales como:
- Forma de arcada
- Oclusión
- Crecimiento facial
- Hábitos: primordial reconocerlos, ya que pueden determinar un desorden de la ATM
- Respiración y postura
- Posición de la lengua
- Postura de los labios
- Patrón de deglución
Al realizar esta evaluación se habla de una valoración miofuncional, que significa reconocer malos hábitos orofaciales para tratarlos de forma integral, muy probablemente con la posibilidad de evitar el uso de brackets.
Respirar por la boca; “deglutir” mal; sacar la lengua, pueden influir definitivamente en una posición dental inadecuada, que de no corregirse, es muy factible que provoque malposición dental o haga fallar cualquier tratamiento.
Después de varios estudios, una importante empresa odontológica, la Myofunctional Research Co. ha creado aparatos especiales que por medio de fuerzas ligeras ayudan a corregir dientes torcidos o apiñados; alinear mandíbulas que no lo están; mejorar el desarrollo facial, a la vez que corrigen los malos hábitos orales como la mala posición de la lengua, respiración correcta por la nariz y el reentrenamiento de los músculos orales.
¿Qué son?
Se trata de un sistema de aparatos, tipo guardas, (prefabricados) con características especiales como:
-Lengüeta, escudo lingual y elevadores: entrenar a la lengua para que se quede en posición correcta
– Bumper labial: para entrenar el labio inferior
– Materiales blandos y flexibles: que ayuda en la ampliación y desarrollo del arco y las mandíbulas (en niños y adolescentes)
– Canales de dientes: para alinear dientes frontales
Como lo comentó la ortodoncista Gabriela Sánchez García, durante una miniconferencia en noviembre pasado, este sistema se puede aplicar desde la edad de dos años y cada uno de los tratamientos se divide en etapas, dependiendo de la edad.
Y aunque en niños se hace más evidente su funcionamiento, dado que están en pleno desarrollo y es ahí donde pueden corregirse más fácilmente los hábitos disfuncionales, en los adultos actúa a la perfección, de igual manera.
Interesante… el tiempo de utilización
Adiós a la incomodidad y a la estética desagradable; estos aparatos se utilizan por la noche y solamente de 1 a 2 horas diarias. La longitud del tiempo va a variar según la decisión de los dentistas, en base a la adaptabilidad biológica que los aparatos logren en la boca del paciente y al cuidado y seguimiento que se realice por ambas partes.
Las alternativas al uso de brackets están a la orden del día para que los ortodoncistas las estudien y decidan por la que más convenga a sus pacientes; siempre pensando en lo menos invasivo y más efectivo.
Los avances en la actualidad, afortunadamente, permiten una amplia selección. Y qué mejor si, además, se “matan dos pájaros de un tiro” al corregir también disfunciones orofaciales, ¿no lo creen?
Jacqueline Menchaca