Por: Jacqueline Menchaca/blog/newsletter
La subjetividad es una percepción personal de algún hecho, definida por nuestra experiencia e ideas, donde imponemos emociones o sensaciones. En ortodoncia se habla mucho de casos complejos, sin embargo, ¿existen lineamientos para definirlos así?
En una de las sesiones con el doctor Ricardo Medellín en el pasado evento Round Table, Two in One, nos explicó claramente lo que para él significa este concepto. Acompáñanos a conocerlo:
¿Quién define lo complejo? Fue la pregunta que lanzó al auditorio e inició con: “He notado en diferentes reuniones que dicen de pronto: Damon en casos complejos o CCO en casos complejos. Pero los observas y dices para ti: ¿qué tiene de complejo un caso de 4 extracciones?”. Es relativo.
Habría que evaluar las herramientas personales de cada quien para pensar en qué puede ser tan complejo: “si tu preparación llega a ser limitada tendrás cosas más complejas que sencillas; si consideras algo relativamente sencillo es por tus capacidades que dominas bien y medios adecuados. De esta forma los casos en tu consultorio son menos complicados”.
La excelencia y el compromiso
En ortodoncia como en el resto de las disciplinas médicas hay que prepararse constantemente y tenerle amor a la profesión. El doctor Medellín recordó a un colega que dijo: “No existen casos sencillos sino la oportunidad de dar resultados impresionantes”.
Al ofrecer los servicios ortodóncicos se debe poner en la mesa lo que se tiene, no más, y así atender casos que se puedan llevar, sin sorpresas ni desencantos. Llevar el compromiso profesional a uno personal.
Para el doctor Medellín a veces cerrar espacios puede ¡tornarse complejo! Depende de muchos factores y lo que en un primer momento se programó para diez meses o menos, y así se lo dijiste y prometiste al paciente, se convierte en dos años.
Él considera que hay errores sistemáticos y aquellos de mala praxis y esos son los más complejos para corregir. Por ello, lo mejor es entre otras cosas no comprometerte en tiempos de tratamiento, dado que, al no cumplir, el paciente se va a “tocar otra puerta”, dijo.
El famoso “en qué momento”
Otro aspecto que pudiese convertir un caso en complejo y no solo clínicamente, es cuando se empieza con la frase “¿En qué momento?” El Dr. Medellín comenta que es aquí cuando ya algo está yendo mal: “¿en qué momento quise cerrar este espacio?; ¿en qué momento le mencioné al paciente la línea media? ¿en qué momento le hice entender que era importante cuando en realidad no lo es?”. A partir de esos comentarios, el paciente en cada cita se enfoca en lo mismo: doctor, sigue sin coincidir mi línea media; doctor, me la mido y aun faltan 2 mm, etc., con expectativas que probablemente no puedan cumplirse.
Los tropiezos y errores se buscan, se analizan y se resuelven. Pero en ocasiones al paciente se le dan explicaciones que no pide y que pueden confundirlo incluso. “Nosotros mismos nos metemos en estas complejidades, digámoslo así, por eso les recomiendo por completo NO sobreinformen al paciente…a ellos no se les debe decir más que lo estrictamente necesario”. En este sentido, comentó el ejemplo de cuando alguien pregunta: doctor, ¿y este pequeño espacio que tengo aquí? El ortodoncista le da respuestas como: No se apure, le voy a poner una cadena abierta de tantos gramos, menos tanto dará esto, el espacio más el bracket pasivo que estoy teniendo se va a correr rapidísimo… porque cuando estemos en el 19-25 …etc.”.
¿Para qué todo esto si el paciente solo preguntó si el espacio se iba a cerrar y probablemente no le complicaba la vida?
Conocimientos y practicidad
Para el doctor Medellín una parte importante de la existencia de “casos complejos o sencillos” lo determinan, además, dos cosas: la parte de la adquisición de conocimientos y la practicidad.
Considera que actualmente muchas de las dudas académicas las resuelven en redes sociales, como Instagram, cuando antes se recurría a libros con sustento científico. “Así, ahora es mucho más fácil tropezar, pues faltan bases”, afirmó.
Y está la otra parte: “En practicidad también nos confundimos, ya no queremos hacer nada. Una cosa es tomar las cosas de forma práctica y otra, ya no hacer nada. Un ejemplo, el diagnóstico terapéutico en Damon. De repente no sabes si hacer extracciones y dices diagnóstico terapéutico, ya te relajas porque la decisión se la dejaste a este diagnóstico. Lo veo en mis alumnos, la mayoría hace eso; ya no ven nada, ni siquiera hacen una radiografía. Si seguimos esos fundamentos, tendremos siempre tropiezos”, dijo, y concluyó sugiriendo conocer e involucrarse por completo en los conocimientos que se ofrecen para dominar las diferentes mecánicas y técnicas y no “casarse” con ninguna. “Yo no sé en qué momento hicimos sectas en ortodoncia”, finalizó esta excelente reflexión sobre la complejidad o sencillez de los casos.
Ustedes, ¿qué opinan?