Por: Jacqueline Menchaca/blog/newsletter
Durante muchos años la sugerencia de la mayoría de los dentistas ha sido extraer las muelas del juicio.
Por una u otra razón, los terceros molares habían sido reconocidos por muchos profesionistas como “inservibles” y que solo generaban acumulación de placa, dada la ubicación en la cavidad oral.
Sin embargo, desde hace 30 años que una servidora se realizó ortodoncia, quien se encargaba de mi salud oral, una odontóloga, me dijo: “si tienes bien posicionadas las del juicio, te sugiero las atiendas y las conserves; recuerda que ya te extrajeron 4 premolares”.
Previamente, y durante el tratamiento en que me alinearon los dientes, el doctor me había solicitado placas radiográficas para ver cómo estaban esos terceros molares. Venían bien, sin problema. Y decidió dejarlos.
De verdad, fue una de las mejores decisiones que ellos tomaron. Por más de 22 años pude masticar perfectamente, y de hecho puedo asegurar que esos molares hacían una función muy importante.
Con el paso del tiempo, se deterioraron y a pesar de atendérmelos, finalmente se extrajeron porque cada uno en tiempos diferentes empezaron a causar problemas de acumulación de placa y, según me comentó mi nueva odontóloga, estaban afectando a las muelas que estaban junto a estos.
A pesar de que las muelas del juicio pueden acarrear complicaciones, no en todos los casos se justifica su extracción.
Para Olalla Argibay, vocal de la junta directiva de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración: “la extracción no está justificada cuando están erupcionando correctamente y/o han ocupado ya un espacio en la arcada” *
A pesar de ello, muchos odontólogos recomiendan hacerlo de forma preventiva, como parte de un tratamiento ortodóncico o para evitar problemas a futuro, como:
+ que los terceros molares crezcan “impactados” es decir, en mala posición: recostados, inclinados sobre el segundo molar o en ángulo contra la pared posterior a la boca, erupcionados parcialmente, etc., y con ello, provocar dolor, caries dental, daño de los dientes próximos, acumulación de alimento atrás de las mismas, entre otros padecimientos.
Si bien es cierto que el cepillado se dificulta hasta donde se ubican los terceros molares, estos pueden permanecer y realizar su función masticatoria como cualquier otro diente, si se atienden y se limpian de forma adecuada, una experiencia propia así lo entiende.
Pero, ustedes son los profesionales, ¿qué opinan? ¿Deben extraerse para evitar complicaciones aunque aun no las haya? o ¿Los extraen solo en caso necesario y después de realizar los estudios correspondientes?
Fuentes:
*cuidateplus.marca.com
mayoclinic.org