Por: Jacqueline Menchaca/blog/newsletter
Apenas hace dos meses, y después de una reunión del Comité de Emergencia del Reglamento Sanitario Internacional, el presidente de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus determinó que SÍ debe considerarse a la viruela del mono como emergencia de salud pública; a pesar de que un mes antes de dicha reunión no lo habían considerado así.
Al 15 de septiembre de este 2022 los casos a nivel mundial ascienden ya a 61 200 y en México, ya son 1 051 (según es.statista.com).
Esta enfermedad nunca había alcanzado tan rápido la actual serie de contagios.
Manifestaciones orales
Ahora, el director de la OMS sugiere a los profesionales de la salud oral, la observación y detección de esta enfermedad viral, ya que, según datos, en el 75 % de los casos, hay manifestaciones en la boca. ¿Qué hay que considerar?
- Según investigaciones, existe una fase de incubación que dura entre 7 y 14 días, durante la cual, muy probablemente se presenten lesiones orales, de forma circulares y profundas*.
- Revisar que no haya úlceras ni enrojecimiento
- Afectación directa de la mucosa oral
- Linfadenopatía. Detectar si hay ganglios linfáticos agrandados
- Se han detectado petequias en el paladar duro
Existen, por supuesto, los síntomas generales como cansancio, debilidad, cefaleas, fiebre, dolor muscular, entre otros, los cuales aparecen normalmente entre dos y tres días antes de las manifestaciones más representativas de la viruela del mono, que son en la piel, como pseudopústulas con centro necrosado, que posteriormente evolucionan a lesiones purulentas y ulceradas.
Al ser viral, de nuevo hay riesgo para el dentista
Leamos esto: “¿Cómo se propaga de persona a persona la viruela del mono?
Las personas que tienen la enfermedad son contagiosas mientras tienen síntomas (normalmente entre las primeras dos y cuatro semanas). Se puede contraer esta afección a través del contacto físico con alguien que tiene síntomas.
Las erupciones, los fluidos corporales (pus o sangre de lesiones en la piel) y las costras son particularmente infecciosos. El contacto con objetos que han estado en contacto con la persona infectada como la ropa, ropa de cama, toallas u objetos como utensilios para comer también pueden representar un foco de infección.
Pueden resultar también infecciosas las úlceras, lesiones o llagas puesto que el virus puede propagarse a través de la saliva.
Por lo tanto, habrá un alto riesgo de infección si se convive con personas contagiadas en nuestra casa o si lo hacemos con parejas sexuales. También las personas que trabajan en el sector de la salud están más expuestas.
El virus puede, además, transmitirse de una mujer embarazada al feto a través de la placenta, o mediante el contacto de un padre infectado con el niño durante o después del parto a través del contacto de piel con piel.
Sin embargo, no está claro si las personas que son asintomáticas pueden transmitir la enfermedad”**.
Como se aprecia, su transmisión puede llevarse a cabo por medio de los líquidos corporales de la persona infectada.
Es así, que las medidas de seguridad y sanitización del consultorio dental, tanto como del el equipo de protección personal del odontólogo, retoman nueva importancia.
La limpieza y esterilización de los instrumentos y materiales utilizados son básicos e indispensables.
Y más, aun, la detección de cualquier anomalía en rostro o cavidad oral que pudiese indicar esta enfermedad, será motivo de extremar precauciones y llevar a cabo una máxima desinfección.
Fuentes:
dedienteadiente.es
who.int/21 july 2022
es.statista.com/1327467
Noticias ONU:**texto de: news.un.org/es/story/22/05