Por: Jacqueline Menchaca/blog/newsletter
Ser ponente en una conferencia no es una tarea fácil, aunque lo parezca. Quienes se paran en el escenario de un salón o auditorio para hablar de temas específicos merecen un gran reconocimiento.
Cuando un odontólogo o especialista es invitado a ser conferencista o desea serlo, no solo es decir sí. Para ello requiere de algunos requisitos básicos a nivel profesional.
Platicamos al respecto y en exclusiva con la Dra. Elba Leyva, directora de la Facultad de Odontología y presidenta de la Federación Mexicana de Facultades y Escuelas de Odontología. Nos comentó lo siguiente:
“El proceso de selección se fundamenta en el curriculum de la persona que piensas invitar, pero una parte muy importante es saber cuál es el área de dominio de ese investigador o académico, porque muchas veces se les invita y se les pide que hablen de temas que no conocen a fondo”.
La doctora enfatizó que debe checarse muy bien el perfil académico del ponente. Mencionó, además, que son las 75 escuelas y facultades de la federación, y la Facultad de Odontología quienes participan al seleccionar a los académicos o investigadores que ofrecerán las conferencias.
Respecto a la forma en que se convoca, nos dijo que dichas facultades se reúnen para definir quienes serán invitados, aunque también está la opción de que alguien por sí mismo pueda solicitar participar, pero, en ambos casos, el curriculum y el dominio absoluto del tema que va a tratar son imprescindibles.
Si bien los conocimientos son básicos, quien desee exponer sabe que interactuará con los asistentes, sea el tipo de conferencia que sea: temática, mesa redonda, coloquios, etc., por ello requiere ser asertivo y con gran capacidad de comunicación.
¿Cómo dirigirse a la audiencia?
Después de haber definido el tema y de prepararlo, ha llegado la hora de presentarlo, entonces, es importante:
- Hacer “click” con los asistentes. Para ello se cuenta ya con un conocimiento previo del tipo de audiencia que se tiene y con esa base, el primer acercamiento será definitivo en la atención que pueda captarse.
- Hablar de forma clara y sencilla. Tal consejo se aplica también a quienes escribimos. A veces se utilizan palabras rebuscadas para decir algo. No hay como aplicar las dos C: claro y conciso. Eso determina en gran parte el éxito de la conferencia.
- Determinar las herramientas de apoyo de la ponencia. Hoy en día existe gran variedad de programas novedosos para realizar una presentación visual dinámica y espectacular. Las imágenes son fundamentales a la hora de exponer un caso clínico, por ejemplo, o de hacer una descripción de conceptos.
- Definir el tiempo de la conferencia. Por más interesante que sea, si el tiempo es demasiado, cansará.
- El sentido del humor ayuda, pero no hay que abusar. Hacer amena una exposición siempre será lo mejor. Hemos asistido a conferencias donde su ponente realiza una perfecta combinación entre el tratamiento del tema, con sus términos científicos, y un poco de comentarios graciosos que rompen con la solemnidad. Tal dinámica resulta muy atractiva.
- Serie de preguntas y respuestas. Al ser dudas específicas y personales de los asistentes, esta dinámica es la cereza del pastel en cualquier exposición.
Nuestra revista asistió a una conferencia donde, al final, preguntaron si se tenían dudas o comentarios. Después que la primera persona levantó la mano, se inició prácticamente otra sesión académica, pero entonces, con una verdadera retroalimentación. Fue gratificante observar al ponente tener la respuesta exacta en cada momento.
Como vimos, ser ponente de un congreso requiere la conjunción de habilidades en distintos aspectos, no solo del conocimiento científico y académico. Quienes lo hacen, comparten su experiencia, aquella formada por todo el esfuerzo de años de estudio y práctica, para brindar conocimientos a estudiantes o profesionistas que buscan la actualización en su formación dentro de esta disciplina llamada Odontología.
¡Felicidades a todos ellos, y a las instituciones que promueven estos encuentros!