Por: Jacqueline Menchaca/blog/newsletter
A los personajes famosos se les conoce, principalmente, por las acciones que realizan según su profesión o formación. Sean artistas, religiosos, guerreros, políticos, y recientemente, influencers, etc.
Es, sin embargo, muy interesante conocer algunos aspectos de su vida personal o algún detalle curioso. Y qué mejor que conocer de sus dientes.
Durante nuestro recorrido por la búsqueda de este tema, encontramos información en verdad interesante, la cual seguramente les interesará.
Buda. Fue el maestro espiritual del noroeste de la India antigua, cuya filosofía perdura hasta la actualidad. Cuenta la tradición que cuando estaba siendo incinerado, uno de sus dientes (canino izquierdo, de 2.5 cm, dice la literatura) fue rescatado.
Dicha pieza dental se encuentra en Kandy, ciudad de Sri Lanka, en el famoso recinto sagrado llamado Templo del Diente. Protegido no solamente por guardias, sino por cinco urnas más grandes que están cubriendo la que contiene el diente.
No puede verse sino solo en horario especial (tres veces al día). Y es motivo de celebraciones.
Cada año, y coincidiendo con la luna llena del mes de agosto, el diente de Buda sale en procesión, sobre el elefante más grande de los 100 que desfilan, al cual le adornan con oro sus colmillos.
Además, durante 10 días el lugar se llena de fiesta, espectáculos, música, etc.
Napoleón Bonaparte. El general Bonaparte, conocido como el pequeño corso, nació en la isla de Córcega, en Ajaccio, en 1769. De todos es conocida su valentía en tantas “campañas militares”, fue un gran estadista, estratega y emperador de Francia, haciéndose uno de los personajes más famosos de fines del siglo XVIII y principios del XIX, por colocar a Francia como primera potencia mundial.
De este personaje se dice que nació con dientes natales, anomalía relativamente rara. En zonas como Europa se decía que esos bebés estarían destinados a realizar grandes hazañas. En este caso, no hay duda.
En cuanto al cuidado dental, al parecer hay datos que se contraponen entre sí.
Algunas publicaciones mencionan que siempre padeció problemas dentales, abscesos, y de hecho, que finalmente esto le pudo provocar su caída dado que no podía comer ni hablar bien.
Sin embargo, otras mencionan que Napoleón era muy estricto con su higiene dental y se dice que poseía unos dientes sanos, fuertes, blancos y alineados. Se ha registrado que, en 1798, compró lo que sería su “kit” dental y que lo llevaba hasta a sus batallas, heredándolo a su hijo al morir, ya que estaba hecho con oro.
A pesar de todo, y debido a las circunstancias de su bélica vida, Napoleón inició con problemas dentales desde su destierro, en 1815 en la isla de Santa Elena, pasando por fuertes infecciones y extracciones, hasta su muerte en 1821.
Winston Churchill. El hombre que lideró Gran Bretaña durante la II Guerra Mundial, y quien fuera político, escritor, militar y estadista, ceceaba al hablar. Según algunas publicaciones, la dentadura postiza que usaba, fabricada en oro, estaba confeccionada para mantener dicho ceceo; otras, aseguran que fue más bien para disimularlo. El dato curioso es que, en 2010, una parte de esta fue subastada por 18 000 euros. Así como lo leen.
Así, como estas, existen muchas otras anécdotas dentales de grandes de la historia. Tal es el caso de Miguel de Cervantes Saavedra, quien en su obra Don Quijote de la Mancha mencionó: “mucho más se ha de estimar un diente que un diamante”. Se dice que valoraba mucho la salud oral, pues, según unos hallazgos en su osamenta, solo tenía seis dientes.
Fuentes:
Buenas anécdotas!