Por: Jacqueline Menchaca/blog/newsletter
Revisaba la próxima edición de Odontopediatría y me encontré con un artículo sobre la influencia de la alimentación en las maloclusiones, sobre todo en niños, sorprendiéndome de entender cómo hábitos tan comunes como comer, pueden transformar a veces hasta la morfología de la boca.
Tal investigación nos remite históricamente y nos habla de que antes, la alimentación estaba basada en insumos naturales, de consistencias firmes, duras y nutrientes altos, los cuales además de proveer salud, mantenían el aparato masticatorio en óptimas condiciones, gracias a que este en verdad trabajaba y hacía su función.
Nuestros ancestros comían todo sin procesar y gracias a ello, tenían maxilares fuertes. En la actualidad, con el desarrollo de tecnologías, los alimentos ya están casi digeridos. Vienen en presentaciones de distintas formas pero la mayoría fáciles de ingerir. La moneda tiene dos caras y si bien ahora todo está al alcance de la mano, esto ha significado también que en algunos casos se den alteraciones como el desarrollo craneofacial.
Además de los factores genéticos o hábitos orales que influyen de manera determinante en las maloclusiones, en el artículo mencionado, sus autores descubren que hay una relación entre el alto consumo de alimentos procesados, con pocos nutrientes, y las pocas fuerzas oclusales requeridas para masticarlos, que alteran el desarrollo óseo.
Los niños en su desarrollo y de manera instintiva quieren masticar los objetos como una manera inconsciente para desarrollar sus maxilares, pero, también ellos se enfrentan a los alimentos procesados a través de una dieta blanda, la mayoría de las veces.
De forma general se recomienda disminuir o evitar en la medida de lo posible el consumo de alimentos procesados o ultraprocesados y dar paso a la nutrición sana, natural. Es complicado dado el vertiginoso ritmo de la vida, pero es necesario detenerse un poco para evaluar la cantidad y la calidad de lo que comemos.
Con el avance de la tecnología odontológica, afortunadamente existen hoy aparatos que pueden ayudar en el desarrollo correcto de los maxilares del niño al estimular activa y suavemente el crecimiento facial. Asimismo, ayudan a llevar a cabo una masticación correcta y el uso de sus músculos (Infant Trainertm), que muchas veces se ve disminuido por los chupones, la succión del pulgar y como ya lo mencionamos, las dietas blandas.
¿Qué alimentos son los más recomendables?
La lista es ya conocida. Lo importante es apreciar su importancia nutricional y la influencia que ejerce en el fortalecimiento de aparato masticatorio del niño:
- Frutas y verduras en abundancia
- Proteína que se encuentra en las carnes rojas y blancas
- Cereales como la avena, el arroz
- Granos como la quinoa, el amaranto
- Leguminosas como los frijoles
- Frutos secos
- Aceite de oliva
Los dentistas, además de atender la boca de sus pacientes son los encargados de orientarlos e informarles sobre aspectos tan relevantes como la alimentación en el mantenimiento correcto de sus piezas dentales asi como de la funcionalidad en las oclusiones.
Fuente:
Artículo de residentes y profesores investigadores de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco/Odontopediatría # 32
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