Cuando la ética vende más que cualquier estrategia de mercadotecnia

Por: Jacqueline Menchaca/blog/newsletter

Si bien la mercadotecnia tiene años de existencia, la denominada mercadotecnia digital (marketing digital) inició con la era del internet y todo el desarrollo tecnológico en línea.

Después del manejo convencional, donde a través de anuncios espectaculares, llamadas telefónicas, anuncios en periódicos, etc., se publicitaba un producto o servicio, el nuevo sistema tecnológico, las redes sociales, las plataformas, se centraron en perfeccionar la mercadotecnia a través de la satisfacción rápida y directa del cliente para que obtuviera información y, desde hace tiempo, también adquirir productos o servicios.

La odontología forma parte ya de esta nueva era, iniciada a fines del siglo XX.

Sin embargo, se ha vuelto común ver por doquier infinidad de promociones, anuncios, ofertas, etc., de servicios dentales, muchos de ellos programados con el único fin de atraer pacientes (“clientes”) sin contar realmente con aquello que se ofrece.

Es así que el término marketing ético debe integrarse al directorio de todo profesionista de la odontología, quien antepone precisamente sus valores profesionales frente al afán de captar más pacientes sea como sea.

El marketing ético se conforma de principios para atraer pacientes, sí, pero sin caer en sensacionalismo o exacerbando cualidades que no se tienen. También, se conforma por medio de valores, sostenibilidad, conciencia del cuidado del ambiente, etc.

  1. Hay que informar sin intentar persuadir en exceso

El objetivo en el marketing debe ser informar de manera honesta y transparente. Es importante no caer en afirmaciones engañosas, exageraciones u omisiones que puedan confundir o mentirle al “consumidor”, es decir, tu paciente.

        2.- Ser claro con los tratamientos tanto en sus alcances como en sus limitaciones

Retomando el punto 1: no ofrecer lo que no se podrá cumplir. Frases como “Cero dolor”, “Garantizado de por vida”, “Un tratamiento inigualable” crean falsas expectativas que al no cumplirse, generan desconfianza.

Quizá “las técnicas utilizadas minimizan las molestias”, “los materiales, los cuidados, el seguimiento clínico frecuente, etc., sí potencializan una gran durabilidad del tratamiento”; “será un tratamiento basado en el diagnóstico adecuado individualizado para que resulte el idóneo”, sean frases más reales que en verdad informen al paciente.

         3.- Uso de imágenes reales

Hoy en día, con la IA, los filtros, y tanta cantidad de herramientas es posible manipular las imágenes con el fin de presentar algo que no existe. Como profesionista de la salud, manejar una publicidad de esta manera es deplorable.

Se ofrecen tratamientos médicos, no fruta. Si bien la estética en imágenes siempre es garantía de mayor atracción, de eso a engañar con recursos visuales hay una gran diferencia.

Si de presentar un caso exitoso en tu consultorio se trata, por ejemplo, es preferible utilizar fotografías propias, no de internet.

           4.- Destacar las cualidades propias, y no los defectos de otros

Además de que no es muy grato leer o escuchar que alguien hable mal de su competencia con frases como: “No somos como otros que…”; “Aquí sí resolvemos casos difíciles”, “Los que usan materiales baratos…” etc., en realidad eso habla más de quien lo plantea.

Es mejor exponer de manera particular, la filosofía del consultorio, la formación académica que se tiene, la experiencia en el ramo, si hay especialidades; si se cuenta con tecnología vanguardista, el manejo de los valores como el enfoque en el paciente como tal, y como el ser humano que es, entre otros aspectos.

          5.- Transparencia y claridad en la variabilidad de precios, y presupuestos claros

Ofrecer precios sin hacer un diagnóstico y sin contemplar materiales, tiempo dedicado al tratamiento, dificultad del caso, etc., es como tirarse “un balazo” en el pie. Si bien puede haber rangos de costos, en definitiva, no es conveniente y tal vez ni lógico publicitarlo en redes, dentro de los servicios de la clínica.

Aclarando que dependerá del diagnóstico posterior a la consulta (costo), la cual constará de ciertas fases -mencionar anamnesis, revisión física, radiografías intraorales, consentimientos informados, etc.-, será el presupuesto que se otorgará, así como los planes de pago u otras acciones administrativas, se ahorrarán varios dolores de cabeza. No hay nada mejor que ofrecer formalidad en todos los aspectos, eso crea una confianza y lealtad muy grandes.

         6.- Consejos interesantes para los pacientes, orientaciones sobre cuidado dental,           información relevante sustentada en bases científicas

Qué interesante resulta navegar en las redes y plataformas, y escuchar verdadera información sobre diferentes tópicos dentales para el paciente, de voz de gente preparada, con “credenciales” que lo avalan profesionalmente y que están ahí, ofreciendo de manera gratuita todos esos consejos. Se trata de un marketing sutil y ético, que invita a quienes los ven a seguirlos y acudir a sus servicios.

El marketing digital como herramienta es ya indispensable en el mundo odontológico, pero también lo es hacerlo de manera honesta, sin trampas publicitarias para los pacientes o engaños que lejos de atraerlos, tarde o temprano los alejarán.

Generar confianza no tiene precio; ya que de ahí derivará en una mayor lista de pacientes, mismos que, a su vez, estamos seguros, recomendarán a ese odontólogo que no solo ofrece un trabajo de calidad, sino que cumple lo que ofrece.

Fuentges:

https://claspo.io/es/blog/17-best-ethical-marketing-examples-that-contribute-to-the-cause-melt-consumers-hearts

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