Por: Jacqueline Menchaca
Dormir bien es uno de los pilares de la salud humana, pero en el ámbito odontológico adquiere una relevancia particular. La precisión manual, la toma de decisiones en segundos, el trato cercano con pacientes ansiosos y la carga física acumulada durante la jornada hacen que el sueño no sea un lujo, sino una herramienta esencial para el desempeño profesional. Sin embargo, es también uno de los aspectos más descuidados entre odontólogos; ¿no lo creen?
En enero, cuando se renuevan rutinas y se fijan propósitos, resulta oportuno revisar la higiene del sueño como parte fundamental del autocuidado profesional.
La calidad del sueño impacta directamente en la calidad del trabajo clínico y la experiencia del paciente. Numerosos estudios han demostrado que la falta de sueño afecta directamente funciones como la atención sostenida, la precisión manual y la toma de decisiones (Lim & Dinges, 2010).
Los odontólogos, como todos aquellos dedicados a la salud, con frecuencia presentan los siguientes aspectos, en muchas ocasiones detonantes del insomnio:
Carga mental posconsulta
Revisión de casos, mensajes de pacientes, urgencias nocturnas o pendientes administrativos.
Exceso de pantallas
La dependencia de software de gestión, redes sociales profesionales y comunicación digital prolonga la exposición a luz azul.
Estrés acumulado
El ritmo de trabajo continuo, el manejo de pacientes ansiosos y la autoexigencia generan hiperactivación del sistema nervioso.
Tensión músculo-esquelética
Posturas sostenidas y movimientos repetitivos dificultan la relajación física previa al sueño.
Todo ello provoca alteraciones en el cuerpo que repercuten, sí o sí, en el bienestar corporal, mental, así como en el desempeño diario incluyendo el profesional. Entonces, se debe tener cuidado, ya que, como dentistas se requiere de precisión visual, manual, concentración, etc.
La privación de sueño se asocia a irritabilidad, menor tolerancia al estrés y mayor percepción de dolor físico, especialmente en regiones cervicales y lumbares, comunes en la práctica dental (Linton & Bryngelsson, 2000).
La falta o entorpecimiento de las habilidades normalmente aplicadas, puede desencadenar algunos aspectos negativos en la práctica diaria profesional como:
- Disminución de la precisión manual.
- Mayor probabilidad de errores clínicos.
- Reducción en la capacidad de planificación y diagnóstico.
- Irritabilidad y menor tolerancia al estrés.
- Aumento de la percepción de dolor físico, especialmente cervical y lumbar.
Dormir más y mejor:
La odontología es una profesión muy demandante; se requiere de un verdadero compromiso para ejercerla exitosamente. Sin embargo, no se trata de hacerlo olvidándose de sí mismo, porque, como en cualquier situación, si no nos cuidamos, ¿quién más lo hará?
De esta forma, el estilo de vida retoma una gran importancia y la calidad en el sueño es fundamental. A continuación, te damos algunos tips1 para que los pongas en práctica a la brevedad e inicies 2026 con toda la actitud:
1. Establecer horarios de sueño constantes
Mantener rutinas regulares— aún los fines de semana—sincroniza el ritmo circadiano y favorece un descanso reparador.
2. Desconexión digital profesional
Evitar revisar mensajes de pacientes, la agenda o redes laborales al menos una hora antes de dormir.
Un “cierre mental” es clave para evitar que la consulta acompañe al profesional a la cama.
3. Control de pantallas y luz azul
Las pantallas inhiben la producción de melatonina. Reducir su uso nocturno o activar modos de luz cálida favorece la transición al sueño.
4. Preparar el entorno adecuado
El dormitorio debe ser un espacio de descanso con una temperatura e iluminación adecuadas, un colchón y almohadas que no generen tensión cervical, adiós a la tv al irse a la cama, y estar en silencio o con sonidos suaves, y, como complemento: aromaterapia.
5. Cuidar el consumo de estimulantes
La cafeína es habitual en clínicas. Limitarla después de las 3 p.m. reduce los despertares nocturnos y mejora el sueño profundo.
6. Rutina de relajación física
Recomendable realizar estiramientos suaves de cuello, hombros, espalda baja y antebrazos—zonas que más sufren durante la actividad clínica.
Este “apagado muscular” reduce la tensión y las contracturas nocturnas.
7. Técnicas de respiración o mindfulness
Ejercicios de respiración diafragmática o meditaciones breves facilitan disminuir la hiperactivación mental típica del final de la jornada.
En un campo profesional donde cada milímetro importa, el descanso adecuado es una herramienta terapéutica tan importante como la ergonomía, la tecnología o la formación continua.
Comenzar el año con un compromiso real con el descanso puede marcar una diferencia notable en la rutina clínica y en el bienestar general. Dormir bien no solo mejora la vida del odontólogo, sino también la calidad de cada sonrisa que cuida.
¡Feliz 2026!
Fuentes: Lim, J., & Dinges, D. F. A meta-analysis of the impact of short sleep duration on tasks requiring sustained attention. Sleep. 2010.
Linton, S. J., & Bryngelsson, I. L. Insomnia and its relation to musculoskeletal pain. Pain. 2000.

