Por. Jacqueline Menchaca/blog/newsletter
El día 20 de noviembre se celebra un aniversario más de la Revolución Mexicana, sucedida en 1910.
Se trató de un hecho histórico que marcó la liberación de 30 años de dictadura de Porfirio Díaz, el cual inició con el levantamiento popular convocado por Francisco I. Madero.
Para ese entonces, el general Díaz tenía 80 años y, aunque intentó reelegirse nuevamente, le fue impedido a la vez que estalló la Revolución.
Cuentan diversas publicaciones, como la de Sonya Santos en el Financiero, en junio de 2023, que, desde entonces, Porfirio Díaz arrastraba problemas de salud, principalmente aquellos relacionados con su boca:
“Porfirio Díaz, a sus 80 años, padecía diversas enfermedades relacionadas con problemas bucales que lo afectaron en sus últimos años. Sufría de dolor de dientes, encías y oídos, los cuales se intensificaron en los días previos a su renuncia el 25 de mayo de 1911”.
Dichos padecimientos eran producto de la inexistencia en ese entonces de la penicilina, además del poco desarrollo que la odontología tenía en al país, pero que al mandatario francamente lo agobiaban.
Antes de partir hacia Europa, Porfirio Díaz logró concertar una cita con “el mejor dentista del mundo” en Suiza, por medio del telégrafo, desde Veracruz.
El 31 de mayo de 1911, al embarcarse hacia el exilio y durante el trayecto hacia Francia en el barco de carga y pasajeros alemán, Ypiranga. Porfirio Díaz prácticamente estuvo postrado debido a los intensos dolores: tenía llagas, una muela corroída hasta la raíz, así como una “postemilla” que le provocaban fiebres, dolores de oído, etc. Molestias terribles que a pesar de remedos como el opio, no podían calmarlo.
Si bien su exilio fue por motivos políticos, se dice que también fue su intento por buscar alivio a esas dolencias dentales, mismas que en México y a pesar de ser tratado por reconocidos dentistas de la época, no fueron aliviadas.
Después de una intensa travesía desde Veracruz, La Habana, Coruña, España, Gran Bretaña y Francia, Don Porfirio y su familia se dirigieron a la clínica de Interlaken, en Suiza, donde el equipo de afamado dentista lo esperaba.
Le aplicaron los mejores tratamientos de la época, aliviando finalmente sus dolencias, mejoraron su ánimo y continuó con su vida en Europa, hasta su fallecimiento, el 2 de julio de 2015.
Al parecer, nadie supo a ciencia cierta cuál fue el diagnóstico exacto del padecimiento oral del general Porfirio Díaz (José de Jesús Porfirio Díaz Mori, nombre completo), lo que sí fue evidente, fue el deterioro que su padecimiento causó en su calidad de vida, más allá de la edad, condición física y circunstancias políticas.
Fuentes:
Zerón Agustín. Los dolores de Don Porfirio. Revista ADM. 2015;72(6).333-343
Santos Sonya. La infección de las encías de Porfirio Díaz. El Financiero. 2023 junio.

