Por: Jacqueline Menchaca/blog/newsletter
Se necesitaría realizar un estudio a profundidad para saber si un mal estado oral es forzosamente producto de los escasos recursos económicos de quien lo padece, como mencionan numerosos artículos.
Navegando por la red encontramos una nota que habla sobre la realidad social de los servicios dentales en Estados Unidos.
Se expuso uno de tantos casos; en esta ocasión de una comunidad en Salisbury, Maryland, donde la población carece de lo esencial en servicios dentales. Ellos hacen colas desde la madrugada cuando se ven beneficiados por alguna campaña como la realizada en el Centro Wicomico, donde dentistas de varios estados van a atender a 1000 personas de la zona, de manera gratuita.
En el reportaje se dice que millones de personas dependen de la beneficencia para atender su boca y que cuando requieren tratamientos costosos como implantes o endodoncias, acaban por perder sus dientes puesto que no cuentan con los recursos. No les alcanza, aunque cuenten con trabajos medianamente aceptables. Literal.
“A casi un 20 % de adultos mayores de 65 años en Estados Unidos no le queda ni un diente propio” se menciona en el artículo (Infobae, 14 de junio, 2017)
¿Qué pasa en México?
Desde los años 60 la Secretaría de Salud instauró la Dirección de Odontología con la finalidad de crear planes de prevención de la caries dental, enfermedad que afecta al 90 % de la población nacional, aun en la actualidad.
Las visitas a las escuelas, la fluorosis del agua en zonas alejadas de la urbanidad, las platicas en comunidades, etc., han estado presentes desde hace décadas.
Sin embargo, los servicios médicos odontológicos del sector salud, dadas las condiciones del sistema en general son, a lo mucho, básicos: amalgamas, extracciones, limpiezas, quitar caries incipientes, etc.
Al igual que en Estados Unidos, el acceso a tratamientos de patologías dentales más complicadas son difíciles para gente con poca adquisición económica.
Y de la estética dental ¡ni hablamos! Inalcanzables para la gran mayoría.
Carillas, alineadores, coronas de zirconia, implantes, entre otros, y algunos estudios de tecnología de punta como tomografías cone beam, en realidad son tratamientos para ciertos sectores de la población.
Los seguros dentales, por su parte, tampoco están muy completos que digamos y tienen restricciones que, de nuevo, dirigen el gasto al paciente.
Aun hay solución
A pesar de todo, y aunque en muchos aspectos sí influye la condición económica en la situación de salud oral de los individuos, también, hay que reconocer, que se habla hasta el cansancio de la PREVENCIÓN.
Desde hace años, la Secretaría de Salud, las empresas dedicadas al cuidado dental; las asociaciones dentales; las Facultades de Odontología, realizan actividades importantes en todo el país, y más allá, como la Semana Nacional de Salud Dental instaurada desde 1988 con el objetivo de disminuir las enfermedades bucales; las iniciativas de salud oral a nivel internacional de empresas de la industria dental internacional; y las prácticas sociales en comunidades rurales y suburbanas, respectivamente.
Todo, con el fin de promover la salud oral en poblaciones como los niños y al mismo tiempo la concientización en los adultos.
Para darles a conocer que prevenir es la clave para detener, disminuir o evitar el deterioro bucal que generalmente termina en patologías severas cuyo tratamiento en muchas ocasiones no pueden pagar y se termina por perder los dientes.
Evitarlo es cuestión de seguir recomendaciones de los especialistas y acudir al dentista de su sistema de salud, practicar sin tregua la higiene oral, etc., sin necesidad de invertir grandes cantidades de dinero.
Bajo esta perspectiva… ¿ustedes como odontólogos qué opinan, se necesita ser rico para tener dientes sanos?