Por: Jacqueline Menchaca/blog/newsletter
La vanidad, esa característica del ser humano. Hoy, más que nunca, prolifera por doquier. Los dientes blancos, y “blanco Hollywood” cada día se solicitan más en los consultorios dentales.
En algunas publicaciones se denomina blancorexia. Se define como una obsesión por tener los dientes lo más blanco posibles, aunque no vayan acorde a su tonalidad natural.
Asimismo, el hecho de no tenerlos lo suficientemente blancos, genera en quienes padecen blancorexia problemas hasta de autoestima; muchos de ellos siempre los perciben oscuros, aunque sea solamente una apreciación subjetiva y mental.
Si bien, querer una sonrisa bonita es normal, dado que en verdad mejora la autoestima y a todos nos gusta sonreír abiertamente, confiados en que será agradable, el hecho de obstinarse en un color demasiado blanco, podría acercarse a tener cierto grado patológico.
Y, como mencionan en algunos artículos, el problema empieza cuando en su afán, realizan “procedimientos blanqueadores” en casa y sin supervisión de un dentista. Esto puede causar daños irreversibles.
¿Qué hacer como dentistas?
El trabajo de un dentista es relevante en este sentido. Primeramente, porque como profesionales es importante, digamos, concientizar al paciente acerca de que un tono excesivamente blanco no es ni siquiera natural.
Sí, artistas, modelos, personalidades de distintas esferas profesionales y gente influencer los usa, seguramente con carillas o blanqueamientos excesivos. Sin embargo, no se ven naturales. Seguramente se han acostumbrado a verlos así, pero no lo son.
También, hay que recordarles que el cambio en el tono de los dientes es normal, dado que están expuestos a muchos factores como alimentación, edad, medicamentos, genética, etc., que los transforma. Es decir, hasta cierto punto esto lo común.
Reiterar, en caso de que decidan blanquearlos, la importancia de hacerlo con ustedes como profesionales. Los remedios caseros, en verdad, son riesgosos.
Explicarles que, aun con la atención dental adecuada, es necesario ver si son candidatos a someterse a un blanqueamiento, o no.
¿De qué depende? Principalmente de que el paciente tenga salud oral a nivel periodontal; que no tenga caries, con nula sensibilidad dental, buen esmalte, y que tenga buena higiene oral. Además, de que en su revisión antes del blanqueamiento, las manchas que se detecten tengan posibilidades de ser removidas o que obtengan el tono que se desea.
Asimismo, explicar que los empastes, carillas, puentes o cualquier otra restauración no son afectados por el blanqueamiento, por lo que el tono de estos permanecerá, y si en una zona visible hay alguno de estos y se combina con el blanqueamiento de un diente natural, con seguridad habrá diferencias en los tonos.
Finalmente, explicar al paciente en qué consistirá el procedimiento en cuanto al método, duración en el consultorio y en todo el tratamiento, el seguimiento, etc., para que pueda someterse con plena confianza y seguridad, asesorado y convencido hasta del tono que tendrá.
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