Atrás quedaron los tiempos cuando aprender significaba exclusivamente ir a la escuela… estar en las aulas. Desde hace años y más aún los últimos dos, aprender en línea y a través de redes sociales es la tendencia.
El desarrollo tecnológico ha hecho posible un avance en todos los ámbitos de la vida del hombre; la educación no es la excepción, y dentro de esta, la odontológica, al parecer ha explotado en páginas y redes virtuales para llegar, literalmente, a todo el mundo, en cualquier momento y de inmediato.
A causa de esto, quien no se actualiza, no avanza. Pero, ¡ojo!, debemos tener cuidado con lo que leemos. Daniel Wismeijer, destacado prostodoncista, con doctorado de la Universidad de Nijmegen, Ámsterdam, y Steven Chen, periodoncista especializado y profesor clínico asociado de la Universidad de Melbourne, Australia, coinciden en que información no es lo mismo que conocimiento.
A pesar de la explosión informativa, hay demasiada carente de investigaciones, poco o nada científica. Y tanto los estudiantes de odontología como los dentistas, acceden a ellas con la mayor facilidad del mundo. Es aquí donde debemos analizar si, como se mencionó anteriormente, estamos adquiriendo conocimiento real.
¿Qué hacer?
Por tal motivo, es importante que los dentistas en general y los especialistas, con los conocimientos científicos reales y avalados por la experiencia, sean quienes se actualicen en la difusión de dichos conocimientos en las páginas de internet.
Será mucho más fácil que expertos, investigadores y catedráticos convencionales ingresen al mundo informático, como promotores de una educación odontológica verdadera, a que un master en redes sea un profesional de la educación odontológica veraz o adquiera contenido atractivo pero sin bases académicas o de “dudosa procedencia”.
Afortunadamente, la educación a través de las redes y páginas web no siempre carecen de calidad y profesionalismo. Existen infinidad de organizaciones, asociaciones odontológicas, universidades, así como dentistas y especialistas particulares de gran trayectoria, cuya capacidad de transmisión académica por medio de plataformas digitales impresionantes, enaltece esta forma de enseñanza-aprendizaje.
La integración
Los webinars, los simposium, los blogs, los cursos online, las páginas web, etc., basados en una verdadera capacitación científica poseen claras ventajas: acceso desde distancias remotas, sin horarios específicos, capacidad de recurrencia a la información cuando se necesite, entre muchas más.
Aun así, las actividades presenciales son básicas y necesarias, dada su trayectoria de éxito por demás probada. Integrar la educación con ambos procesos enriquece el aprendizaje, para todos los estudiantes y para quienes deseen actualizarse en alguna especialidad odontológica.
Lo mismo que pasa con las nuevas tecnologías para diagnósticos y tratamientos en odontología, donde no se trata de escoger entre las tendencias y lo convencional, sino de fusionarlas; en la educación es igual. No es optar por una u otra, sino de saberlas convertir en aliadas, es decir “una y otra a la vez” ¿Están de acuerdo?