Los valores y conceptos de hacer el bien y el comportamiento adecuado conforman la ética. En Odontología es la actuación moral correcta del profesional de la salud oral, independientemente de lo que haya aprendido en su base familiar.
Hacer el bien, tomar decisiones correctas para ambas partes, él y el paciente, ser honesto en sus procedimientos, etc., conforman al dentista como un profesional ético.
Para proteger el actuar en esta profesión, se han creado estatutos y declaraciones sobre las obligaciones pero también derechos de los odontólgos. En la Carta de Derechos Generales del Cirujano Dentista, elaborada por una importante unión de instituciones de salud, colegios, universidades y la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, se exponen puntos esenciales que describen los derechos a que todos los dentistas tienen. Todos estos, merecidos y necesarios para una práctica sana.
Sí, pero…
Entre varios puntos más, y retomando la ética, llama la atención el 4º, que dice : “El odontólogo tiene derecho a no garantizar resultado cierto en la atención brindada, salvo en casos expresamente pactados. Bajo el principio de libertad prescriptiva y tomando en cuenta el principio de variabilidad biológica,la atención brindada por el cirujano dentista no se puede considerar, en lo general, bajo lostérminos de la obligación de resultados, salvo que de manera expresa así lo haya pactado con elpaciente”.
¿Qué opinan ustedes como profesionales? Pues si bien es verdad que ningún tratamiento puede resultar efectivo siempre y al 100%, dada la presencia de factores intrínsecos del paciente, sí puede prestarse a que de forma indiscriminada se acuda a esta premisa al fallar algún procedimiento por razones como negligencia o un mal diagnóstico, y en consecuencia, un mal tratamiento.
De manera personal me he encontrado con médicos, no solamente dentistas, que desde un principio han hablado con claridad respecto a las expectativas en los resultados de un procedimiento, sin embargo, también he sido, digamos, “víctima” de otros que han afirmado el éxito en el tratamiento y al final, este resultó un fiasco, momento en el cual, y hasta entonces, el profesional menciona una serie de “razones” del fracaso, todas mi responsabilidad (“sí tenías, no sé qué pasó”, “no te cuidaste” “tu cuerpo no lo aceptó”, “no, eso no fue”, etc.).
Entonces, como dentistas, ¿qué hacer para ejercer este derecho sin afectar la credibilidad y confianza del paciente?
Es aquí donde la ética hace acto de presencia, de nuevo.
1.- Si se habla con honestidad,
2.- Si no se dan falsas expectativas,
3.- Si se explica cada fase del procedimiento,
4.- Si no se miente para conservar al paciente y obtener ganancia, aun cuando se está reconociendo desde la revisión que hay un diagnóstico y un pronóstico reservado
5.- Si se reconocen limitaciones profesionales y se es capaz de canalizar hacia otro especialista en caso necesario:
De esta manera, se está cumpliendo como profesional y, efectivamente, queda relevado de cualquier responsabilidad y puede ejercer totalmente este derecho.
Nos encantaria saber su opinión. Si desean conocer la Carta General de los Derechos del Cirujano Dentista, les recomendamos la edición de Odontología noviembre, Especial Forense. ¡No se la pierdan!