Por: Jacqueline Menchaca/blog/newsletter
Estudiar una carrera como Odontología es ingresar a un mundo de conocimientos infinito. Reconocer que en muchas universidades se cuentan con institutos de investigación garantiza, aun más, la posibilidad de un aprendizaje y descubrimiento más profundos y constantes.
En tiempos pasados, los alumnos llegaban únicamente a recibir por parte de sus maestros, la información de las asignaturas referentes a cada ciclo escolar; a practicar ciertos procedimientos y realizar algún servicio social antes de su egreso.
Sin embargo, todo ha evolucionado y hoy en día, en varias facultades odontológicas del país la investigación forma parte de sus actividades, además de contar con un interés muy fuerte por introducir al estudiante en esta rama de la educación.
Como atinadamente lo comentó la bióloga Rosaura Ruiz Gutiérrez, titular de la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación del gobierno de la Ciudad de México, hace algunos meses, durante la inauguración de una importante expo dental:
“Las facultades tienen una responsabilidad muy alta en la investigación y en la producción de conocimiento humanístico, científico y tecnológico. Me da gusto saber que muchas facultades de Odontología pueden llevar a cabo acciones equivalentes a las que hacen los institutos en materia de investigación”.
En varias universidades como la UNAM, UIC, Universidad de Guadalajara, Universidad Juárez de Durango, La Salle, entre otras, se realizan ya vinculaciones de investigación a los programas de estudio, para que los alumnos tengan conocimientos de cómo llevarla a cabo.
Con bases académicas firmes, equipos adecuados, apoyos propios de las facultades y vinculaciones externas, una investigación en cualquier aspecto de la Odontología o sus especialidades será más sencilla.
La investigación como parte de la formación académica tanto de estudiantes como de profesores investigadores les permite:
- Generar y actualizar los conocimientos.
- Comprobar si los conocimientos que tienen sobre algún tema son acertados y, en caso contrario, rectificarlos.
- Ayuda en la formación del raciocinio científico*.
- Preparar al investigador para superar desafíos.
- Realizar hallazgos importantes y divulgarlos a la comunidad odontológica.
- Mejorar el abordaje de un diagnóstico o tratamiento.
- Beneficiar la ciencia del país.
Lo de hoy, en el ámbito odontológico, no solo es la presencia de toda la tecnología de vanguardia, los cambios en las formas de realizar diagnósticos y tratamientos, las diferentes opciones de educación profesional, tanto de manera presencial como virtual (a distancia), etc.
Lo es también la nueva visión en la formación del estudiante, ahora integral. Desde un punto de vista no solo académico y científico, sino humanístico; donde se le enseña que un tratamiento podría ser multidisciplinario para atender de forma sistémica a un paciente.
Actualmente, no se trata únicamente de curar “el padecimiento estomatológico”, sino de entender el origen, y actuar en consecuencia, sin descuidar nunca la comunicación asertiva con quien lo padece.
Lo mismo sucede con el impulso de la investigación dentro de las facultades de Odontología. Dicha actividad científica debería desarrollarse en todos los centros de estudio y fomentarse en los planes académicos.
Entender que es primordial en el avance médico, científico y tecnológico en general, de las sociedades.
Y en Odontología, la investigación es el pilar para la generación de soluciones a problemáticas latentes como, por ejemplo, el dolor; esa sensación que ha marcado a la profesión por años; responsable en múltiples ocasiones de que la gente se atienda hasta que ya no puede más.
Ahora los protocolos para llevar un tratamiento dental incluyen el manejo del dolor de una forma acertada y eficaz… ¡gran avance!
Es así que, en este siglo XXI, los centros de estudios como las Facultades en Odontología, no solo deben difundir conocimientos sino generarlos, sí, a través de la investigación.
*Journal of Oral Research/vol.1:2/2012