Por: Jacqueline Menchaca/blog/newsletter
Los colutorios dentales forman parte de cada hogar donde la higiene dental es parte de su rutina diaria.
Es increíble cómo el ser humano siempre está en busca de descubrimientos o perfeccionamientos para mejorar las condiciones de salud, sea sistémica o dental.
Desde 1683 el investigador holandés Anton Van Leeuwenhoek, quien era experto en microscopia, descubrió que había organismos vivos en la placa dental, y que estos podían eliminarse mezclando brandy y vinagre.
Es, sin embargo, hasta pasada la mitad del siglo XIX que se empieza a vislumbrar la capacidad de un antiséptico que podría limpiar quirófanos y evitar infecciones. La misma fórmula, fue trabajada posteriormente por Jordan Wheat y creó el primer colutorio propiamente dicho, para odontología.
Pero en 1960, Harald Löe, un hito de la odontología (nombrado así por nuestro querido Dr. Agustín Zerón), e investigador noruego, demostró que la clorhexidina era eficaz en el control de la placa bacteriana. Es ahí donde inicia esta historia que en la actualidad ha permitido perfeccionar fórmulas y adecuarlas a los múltiples padecimientos y como preventivo de infecciones orales.
Colutorios en la actualidad
El colutorio es definido como aquella solución líquida o acuosa elaborada con sustancias especiales para prevenir y tratar enfermedades como la gingivitis, periodontitis, halitosis e incluso hidratar tejidos.
Debido al esfuerzo de las compañías dentales en hacer este tipo de productos cada vez mejores, utilizan antimicrobianos, cicatrizantes e incluso anticaries.
Algunos de sus principales componentes son:
Clorexhidina: el ingrediente por excelencia para tratar las enfermedades periodontales y la gingivitis. Asimismo, se utiliza como preventivo antes de una cirugía dental. Su uso debe ser prescrito por los odontólogos, en dosis y concentraciones según la necesidad del paciente.
Povidona Iodada: antiséptico por excelencia. Según reportes, se utiliza para evitar que la gingivitis avance y, recientemente, algunos estudios sugirieron que este tipo de sustancia en los colutorios orales podría evitar la transmisión del virus SarsCov-2.*
Aceites esenciales: eliminan la placa bacteriana hasta en amplios porcentajes. Hoy en día existen algunos con extractos naturales.
Productos naturales: Con granada, por ejemplo, cuyo efecto es antioxidante o con jengibre para calmar y a la vez fortalecer las encías.
Ingredientes innovadores: la marca GUM, por ejemplo, tiene un colutorio llamado ActiVital, el cual cuenta con etil lauril alginato, un componente que evita que las bacterias se adhieran al diente.
Flúor: esta sustancia previene la caries y mezclado con otras como el isomalt, tienen la capacidad de remineralizar esmalte, dado que la isomaltosa reduce la acidez y aumenta los niveles de calcio en la superficie dental.**
Sales metálicas: inhiben la proliferación de la placa bacteriana. Entre tales sales se encuentran el cobre, zinc, floruro de estaño, reconocido por la ADA como coadyuvante en la reducción del deterioro dental, así como en la oclusión de los túbulos expuestos de la dentina, entre otros.
Fenoles: antiséptico con actividad bactericida, para tratamiento de la gingivitis.
Hexetidina: con propiedades antisépticas y de aceleración en la cicatrización de cirugía periodontal. No tiene efectos secundarios y puede usarse diariamente.
Variedad de sabores: yerbabuena, menta, aloe vera y otros más, hacen del enjuague con los colutorios algo agradable, al tiempo que sus efectos mejoran las condiciones bucales.
Cada vez son más las investigaciones en colutorios que ponen al alcance de todos, una excelente herramienta para prevenir y tratar problemas periodontales, brindando bienestar y salud a la boca del paciente.
Fuentes:
*heraldo.es/noticiassalud/30 junio 2020
**isomaltmayterodriguez.com/isomaltversuscariesdental
Bascones Martínez A, Mudarra Morantes S, Perea Pérez E. Avances en periodoncia. 2002;14 (3)