El término RA (Realidad Aumentada), nombrado desde hace décadas, ha incursionado en la mayoría de las actividades de la vida del hombre y por supuesto, en diversas áreas del conocimiento; la Odontología no es la excepción, para fortuna de todos. El término significa, en pocas palabras, tecnología avanzada que combina elementos virtuales y reales al mismo tiempo, e incorpora datos digitales a través de un software; además, puede utilizarse directamente en dispositivos móviles o computadoras sin más aditamentos que la propia aplicación. Su definición es sencilla, sin embargo, ha revolucionado la ciencia, el comercio, la docencia, la industria con sus vertientes, la educación, el diseño, etc., dado su alcance como herramienta digital en todos los ámbitos.
Desde hace varios años, la Odontología cuenta con diversas tecnologías de RA para la enseñanza-aprendizaje, donde los estudiantes adquieren la información de una manera novedosa y diferente, prácticamente interactiva, accediendo a imágenes en 3 D que les hace atractivo y fácil el conocimiento. Universidades como la UNAM cuentan con espacios pedagógicos virtuales (Sala de Realidad Virtual Margarita Chorné), donde a través de computadoras y un diseño creado por dicha casa de estudios, los estudiantes pueden visualizar en tercera dimensión, lesiones bucales, aspectos generales de la cavidad oral, tratamientos, etc.
Existen simuladores más sofisticados de RA para la enseñanza odontológica que cuentan hasta con maniquíes incluidos, con torso y cabeza que puede moverse como si fuera real, para que el estudiante practique, observe en 3 D su procedimiento, pueda grabar cada una de las acciones realizadas a través de un banco de datos, posea parámetros de comparación entre el tratamiento ideal y el suyo; tenga retroalimentación inmediata a través de una calificación automática que le puede indicar si va en la dirección correcta, etc.
Una mayor motivación al aprender, aumento en el compromiso, interacción más estrecha entre maestro y alumno, son algunas de las ventajas de esta gran herramienta.
A nivel tratamiento, la Realidad Aumentada hace posible que tanto odontólogo como paciente, puedan visualizar previamente el trabajo y el resultado de cada procedimiento en la cavidad oral, sobre todo restauraciones. Mediante imágenes creadas en 3 D de la boca real y un software particular capaz de superponer diferentes piezas dentales virtuales sobre las del paciente, ya es posible observar cómo quedará un tratamiento antes de iniciarlo y en ocasiones con diferentes opciones para escoger. ¡Tiempos maravillosos! Pronto se acabará con casos en los que las expresiones: “no pensé que me quedaría así” o “usted me había dicho que…” pasarán a la historia.
Por otra parte, la RV (Realidad Virtual), que es diferente a la Realidad Aumentada, también se introduce paulatinamente en el mundo dental. Concebida como un entorno creado por tecnología informática al cual podemos acceder a través de aparatos como gafas o cascos especiales, la RV ofrece nuevas formas de acercamiento al aprendizaje, tratamientos, enseñanza y, para el paciente, representa la posibilidad de hacer más llevadera, e incluso divertida, su visita al consultorio dental, así como de recibir información educativa, por ejemplo de cuidado preventivo, en modo visual e interactivo, a través de videos realizados con ese fin. Asimismo, y citando una breve parte de un artículo sobre realidad virutal de Yassine Harichane e Yvonne Ayestas* “En términos de educación continua, hay muchas oportunidades. Mediante la filmación de un procedimiento complejo como cirugía de implantes u ortodoncia, el alumno puede aprender rápidamente la técnica, observando cada movimiento y sintiendo que está participando y que es parte del procedimiento”.
Las cartas de la aplicación de tecnologías digitales están puestas. Es cuestión de analizar sus pros y contras en zonas y casos concretos y, de ser más los beneficios, apostar por este vanguardista instrumento para la optimización de la práctica odontológica. El futuro ya está en el presente.
Fuentes:
*Dental tribune/enero 2020
Boletín UNAM/2016
Blog.ivoclarvivadent.com