Por: Jacqueline Menchaca/blog/newsltetter
La Odontología es una profesión por demás necesaria y vital. Gracias a ustedes, los dentistas y especialistas la población es capaz de tener una salud oral integral con funcionalidad y estética de la mano.
Sin embargo, se trata de una profesión que enfrenta grandes retos.
Según datos de la Asociación Dental Mexicana, en el año 2021 había aproximadamente 70 000 odontólogos activos registrados en México, cifra que con certeza se ha incrementado para estos tiempos.
A pesar de los programas educativos que actualmente cuentan con avances tecnológicos de primer orden; prácticas médicas desde etapas muy tempranas de la carrera; facilidades por parte de las universidades para que los alumnos estudien, etc., la realidad es que al egresar, el alumno se enfrenta a situaciones como:
- Pocas o nulas plazas en instituciones de salud pública. Aun cuando al entrar ya podrían percibir suelos entre los 15 y 19 000 mensuales, según la página talent mx.
- Poner consultorio privado. Si se opta por la práctica privada, se requieren recursos que muy probablemente el egresado no tiene. Montar un consultorio es toda una odisea. El mobiliario, equipo, materiales, etc., pueden costar entre 100 000 a 300 000 pesos para tenerlo, independientemente de los trámites legales.
¿Y para los odontólogos ya establecidos?
- El avance tecnológico que no siempre está al alcance económico de los dentistas o especialistas; tan necesario actualmente en el diagnóstico y tratamiento de la odontología digital en nuestros días.
- Pandemia. Esta situación que al parecer ya se instaló en la vida común, afecta la actividad odontológica; además de por el riesgo de contagio, por la crisis económica que el COVID-19 trajo y ha provocado que las familias tengan otras prioridades antes que la atención bucal.
- Costos que para la población a veces son inaccesibles. Y además sin una cultura de la prevención, la gente acude solo cuando le duele algo o cuando ya hay algún tipo de padecimiento, mismo que genera gastos mayores, lo cual, en muchas ocasiones acaban por hacer que dejen de asistir al consultorio o no terminar tratamientos.
A pesar de todo, esta ciencia de la salud es tan noble que al tiempo que enfrenta retos, ofrece soluciones.
El trabajo en equipo para poner un consultorio, por ejemplo; la colaboración multidisciplinaria para facilitar y perfeccionar un tratamiento; las becas académicas que ofrecen muchas universidades para alumnos destacados y con verdadera vocación; las sesiones virtuales, muchas veces gratuitas que ofrecen casas comerciales, escuelas, ponentes internacionales, con el fin de mantener a los odontólogos al día en los tópicos más importantes; los centros de diagnóstico digitales que seguramente ofrecen facilidades o convenios a los odontólogos, ortodoncistas, periodoncistas etc., para trabajar unidos y ofrecer tratamientos de calidad, con la digitalización que en el presente es ya una realidad; programas de asociaciones dentales y gubernamentales para educación en la higiene oral con el fin de avanzar en la prevención, etc.
Si bien hay muchos retos que enfrentar, debemos pensar en que también hay grandes oportunidades profesionales y de desarrollo. Es cuestión de continuar y no dejarse vencer.