¿Ustedes soñaban con inventos que solo cabían en la imaginación de un niño o en películas de ciencia ficción: teléfonos portátiles e inalámbricos capaces de conectar en un segundo con alguien del otro lado del planeta y ver su cara, autos voladores, aspiradoras que trabajan solas, mundo virtual, relojes que contabilizan los latidos del corazón, miembros del cuerpo mecánicos, etc.? ¡Suena todo tan común y cotidiano! Y es que la realidad ha superado cualquier “viaje al futuro” que pudiéramos visualizar hace años. Es increíble lo que el ser humano ha logrado en tan poco tiempo y en todos los aspectos de su vida.
La vestimenta también ha evolucionado y desde hace miles de años ha sido nuestra segunda piel. Si bien fue creada para protegernos de las inclemencias del tiempo, y en un principio se trataba de pieles de animales (hace apenas 170 mil años)*, poco a poco se convirtió en algo estético y en símbolo de estatus social.
Como consecuencia de esa necesidad, el ámbito textil desarrolla procesos cada vez más sorprendentes en la elaboración de las telas, con fibras naturales o sintéticas, y con ellas, las prendas que visten al mundo. Desde que el hombre fabricó hilos con filamentos de animales y vegetales como el lino, la seda y la lana, ha pasado ya bastante tiempo.
Hoy en día existe tanta diversidad en la manufactura de las telas como clases y materiales, según el uso para que fueron creadas: vestimenta, decoración, hogar, textiles técnicos, etc. De eso dependen características como permeabilidad, aislamiento, flexibilidad, ligereza, durabilidad, entre otras. Sin embargo, recientemente han surgido telas que sobrepasan los sueños más vanguardistas: las telas inteligentes.
Al escuchar esa definición por primera vez, algunos pensaron que ya sería posible platicar con ellas, pero, afortunadamente no. Sin embargo, y eso sí para nuestra suerte, se trata de telas con tecnologías incorporadas, capaces de optimizar la vida diaria y laboral, así como mejorar aspectos de salud o facilitar actividades cotidianas, ejemplo: “ropa con hilos fotovolcaicos para aplicarlos en tejidos que se comporten como placas solares, captando energía del sol para recargar pequeños aparatos eléctricos de baja tensión como celulares, MP3, Ipods o cualquier dispositivo con conexión USB”** El mismo autor de la cita anterior señala que un reconocido diseñador italiano tiene ya chamarras elaboradas con esos materiales. Interesante.
En la actualidad se desarrollan dispositivos y fórmulas que al colocarse en las fibras son capaces de: tener efectos terapéuticos a través de microcápsulas liberadoras de fármacos que el cuerpo absorbe poco a poco para complementar un tratamiento, de analgesia o regeneración; cambiar de color con el fin de mantener siempre gran visibilidad de quien la porta; mejorar la circulación y elasticidad de la piel a través de minerales bioactivos en el adn del hilo, utilizados en telas deportivas, etc. Y algo también importante: telas gentiles con el medio ambiente cuya degradación, la cual inicia al desecharse a la basura y contaminarse con microorganismos, es diez o quince veces más rápida que las prendas normales.
De todas las bondades de las nuevas tecnologías aplicadas en tejidos, llaman la atención las confecciones con agentes antimicrobianos, antivirales, antifúngicos y antibacterianos. Conscientes de la “nueva” realidad, es bueno saber que los profesionales de la odontología, junto con el sector sanitario en general, tienen a su alcance uniformes cuyas telas pueden ahora protegerlos de los gérmenes, no solamente al poseer materiales antifluidos y repelentes que evitan la permanencia de estos en el tejido, sino que cuentan con aditivos que inhiben el desarrollo de microorganismos y evitan, en gran medida, su propagación. Dichos compuestos pueden estar entre las fibras, al colocarlos antes de la elaboración de la tela, o como acabado, al finalizar la fabricación. Algunos elementos como polímeros de cobre, de plata, o nanopartículas de zinc, entre otros, son la base del recubrimiento de los tejidos textiles que conformarán las prendas.
Las opciones para vestir cómodos y con mayor protección al realizar las consultas y tratamientos dentales están a la orden, pues son varias las empresas que fabrican estos uniformes innovadores. Solo es cuestión de comparar precios, características, duración, calidad, y elegir el que convenga. Eso sí, no olviden que los tonos de tendencia en este año 2021 incluyen el regreso de aquellos que representan a la naturaleza y la vida, como el verde malaquita, verde esmeralda, así como matices pastel y algunos azules como el acuario.
(*) https://anexovirtual.blogspot.com/2013/09/historia-ropa-vestimenta.htm
(**) https://www.acta.es/medios/articulos/ciencias_y_tecnologia/056069.pdf
https://apttperu.com/textiles-inteligentes/
http://agrobioteg.org/textiles-funcionales-prendas-con-actividad-antimicrobiana/