Con seguridad muchos de ustedes la desconocen, y es que se habla poco de ella, sin embargo, existe. Se trata de la noma, definida por la Organización Mundial de la Salud como una enfermedad gangrenosa de la cavidad bucal que avanza hacia la cara.
Esta enfermedad, nombrada así por su significado en griego que es “úlcera que devora”, carcome el rostro de quien la padece en muy poco tiempo. Según informes, se desconoce su origen, pero afecta sobre todo a los niños menores de 15 años de comunidades y regiones en condiciones de extrema pobreza, alimentación precaria, organismo débil y hábitos de higiene casi nulos.
A pesar de existir casos aislados en zonas de Asia, América Latina y un caso en España en 2010 de una mujer que además padecía VIH, la mayoría se centran en África. La OMS reporta que son aproximadamente 140 000 casos anuales.
Debido al desconocimiento, quienes padecen noma en muchas ocasiones son estigmatizados por los propios familiares, aislados y así, el 90% por ciento muere apenas dos semanas después de iniciar con los síntomas, ya que el curso de la enfermedad avanza en cuestión de días o semanas. Comienza como una llaga en las encías, pero después se convierte en gingivitis aguda necrotizante que evoluciona y destruye los tejidos y después la cara.
Factores que influyen
Si bien se analiza de manera complicada el origen de noma, pues el acceso a los enfermos es limitado, algunos investigadores, después de estudios, incluyen además de la desnutrición, la poca salud oral, suciedad, etc., el hecho de que los niños nacieran en familias mayores a diez personas; con mucho peso al nacer; lactancia prolongada a más de un año sin alimento sólido en este tiempo; y alimentación a base de papilla sin variación, a base de sorjo, maíz y mijo.
La posesión de muchos animales como ovejas, cabras, y pollos estuvo presente en la mayoría de las familias de los enfermos, así como pocas o nulas vacunaciones contra enfermedades como el sarampión.
Factores de protección
En el estudio1, los autores mencionaron que observaron un aspecto incipiente pero novedoso en las investigaciones, acerca de que el calostro materno pudiera ofrecer protección contra el noma, pues, como sabemos, aporta anticuerpos al recién nacido y genera inmunidad contra múltiples enfermedades.
Asimismo, encontraron que una dieta más variada y más temprana, así como pertenecer a una familia menos numerosa, y con una condición socioeconómica mejor, fueron factores de protección hacia la enfermedad.
La prevención: sencilla pero casi imposible para ellos
“Cuando se detecta en su fase temprana, se puede frenar rápidamente con medidas básicas de higiene, antibióticos y mejorar la alimentación” dice la OMS. Es decir, con lo que muchos de los países tenemos de manera habitual, es cierto. Desafortunadamente, los afectados son precisamente comunidades de regiones de países muy pobres, sin una clínica u hospital cercano y con ignorancia, en ocasiones, que provocan hasta la separación del enfermo por considerarlo endemoniado.
La comunidad odontológica y médica en general, así como las organizaciones de salud y los gobiernos, tienen mucho por hacer para realizar mayores investigaciones y encontrar el origen del noma, con el fin de combatirlo cuando ya se tiene de forma aguda. También, implementar acciones en esas regiones que faciliten el acceso a mejores condiciones de nutrición, higiene y educación en salud bucodental.
FUENTES:
(1) Farley E, Lenglet A, Ariti C, Jiya NM, Adetunji AS, van der Kam S, et al. (2018) Factores de riesgo para noma diagnosticado en el noroeste de Nigeria: un estudio de casos y controles, 2017. PLoS Negl Trop Dis 12 (8): e0006631. https://doi.org/10.1371/journal.pntd.0006631